sábado, 30 de enero de 2016

TRASVASE

De dentro a fuera, de fuera a dentro. Interactuamos en el exterior con lo almacenado en el interior, y mediante experiencias y relaciones acontecidas externamente, podemos incrementar recursos internos.
La nutrición física y mental la recibimos a través de otros, de la naturaleza, con el objetivo de poder contribuir a la sociedad desde las respectivas individualidades.
Primero recibimos y después damos. Primero entra y después sale, procurando constantemente los términos apropiados para el normal desarrollo en los diversos frentes, necesidades y las finalidades pretendidas.
Todos somos mutlidependientes a fin de establecer conexiones con aportaciones constantes de unos hacia otos. Lo obtenido fuera es para mantener o incrementar en según que casos, o bien eliminar o transformar, y después de un proceso lo hemos de revertir de nuevo al exterior.
Lo aprendido en la escuela a través de la memoria, lo debemos encajar en una actividad, adquiriendo recursos fuera por lo acumulado dentro.
En una conversación las palabras salen del interior y las escuchamos en el exterior. Nuestro bagaje global lo expresamos con lo hecho y dicho.
Todo lo guardado en el interior tiene una valor cuando se expresa en el exterior. Estudiar por estudiar o comer por comer, adquieren sentido cuando lo traspasamos a otros con palabras o acciones.
Nos nutrimos de una manera para compartirlo luego de forma diferente que resulte productiva y útil en el dador y en el receptor.
Asistimos contínuamente a situaciones de llenar y vaciar, entrar y salir, en un movimiento que se adapta a las circunstancias, necesidades o deseos.
El tiempo dilapidado en actos futiles no es recuperable, en cambio, los trasvases diversos cotidianos mantienen un equilibrio inestable entre pérdida o ganancia que depende de la armonía entre dar y recibir.
El movimiento vital contínuo supone traspasos de todo tipo, debiendo encontrar las proporciones idóneas en cada caso para que los cambios resulten favorables.

viernes, 15 de enero de 2016

EQUILIBRAR MEDIDAS

Seamos conscientes o no, todo a nuestro alrededor es una cuestión de medidas. No hay nada al azar, la sincronización está presente contínuamente, lo veamos o no, lo sintamos o no, y para que cada pieza del engranaje encaje tiene un tamaño, diseño, medida y peso específico.
A lo largo del dia pasamos por diferentes etapas y en cada una hemos de saber encontrar el equilibrio apropiado para nuestro bienestar. Si se trata de trabajar no lo hemos de hacer hasta extenuarnos ni tampoco querer realizar lo mínimo, descubrir el ritmo individual a imprimir que facilite rendimiento, regularidad y satisfacción. Y así exactamente igual en el resto.
Habrá personas que dormiran pocas horas y será suficiente para recuperarse; otras necesitaran más que la mayoría, lo importante es ajustarse a lo que funciona mejor en cada uno teniendo en cuenta la múltiple complejidad de factores y variables que se pueden presentar.
La jornada es variada dentro de la rutina repetitiva, pues las necesidades son diversas, y entre los diferentes inicios y finales de cada actividad, la medida dedicada a trabajar, comer, dormir o tiempo libre depende de la capacidad de maniobra y circunstancias, pero aunque suponga una limitación o condicionante, es indispensable encontrar las medidas más óptimas en todos los ámbitos para el equilibrio interno y externo.
Los desequilibrios comportan complicaciones. Cuando alguien tiene sobrepeso o falta de el, es de esperar malestar en la salud. El exceso de ejercicio o insuficiente también tendrá consecuencias. Beber más de la cuenta, un desajuste alimentario, acabará pasando factura.
Desde las pequeñas cosas a las más grandes, de las insignificantes a las evidentes, la medida óptima ha de imperar velando por los propios intereses.
Habrá personas que precisarán más silencio y soledad para reflexionar; otras más sociabilidad y relaciones, unas aptas para dirigir y otras para seguir los dictados. Dinámicos o apalancados, de movimientos rápidos o lentos, efusivos o fríos, entusiastas o indiferentes, en la expresión, la medida apropiada en más o en menos, es fundamental para el desarrollo de la cotidianeidad, en lo recibido de fuera y en lo transmitido desde dentro al exterior.