Hay unos principios donde se sustentan las leyes para que haya un orden y un entendimiento a fin de saber como actuar. Estamos concebidos de manera que vemos multitud de individualidades por que estamos en el mundo de los fenómenos que es el de los objetos físicos. El mundo divino es el de la unidad. No lo vemos por que nuestra conciencia no tiene el nivel indispensable para captarlo claramente. En los eventos y en la densidad no podemos estar en control de la situación. Hemos de elevar el pensamiento al nivel de los principios regido por el espíritu. Si no conectamos con la causa no entenderemos el efecto, de aquí las constantes incomprensiones de multitud de acontecimientos donde no sabemos encontrar argumentos consistentes y respuestas clarificadoras. Las leyes gobiernan los hechos, y entendiendo su fundamento y propósito podremos entender la base que radica en unos principios. Los problemas solo se pueden resolver en el nivel más alto, o sea con la visión más amplia con ecuanimidad dejando intereses personales a un lado para no interferir. Asuntos políticos, sociales, económicos, han de enfocarse desde su origen lejano hasta ver su desembocamiento actual para determinar la actitud y medidas oportunas en cada caso. Evidentemente si por medio hay deseos personales y codicia el conflicto no se resolverá, de aquí que sigamos viendo los mismos dilemas que perduran durante siglos y no se ven soluciones mientras no se modifiquen las pautas erróneas de base. El anhelo de subsistencia donde la nutrición esencial depende del propio esfuerzo nos hace interesados y individualistas, y empujados por deseos el planteamiento de unidad no es factible. Para que sea así hemos de movernos al nivel de la razón guiados por la sensatez y amplitud de horizontes. El nivel de los principios es donde todos tenemos la misma visión de la realidad. Cuando somos capaces de entender y aceptar a otros, trascendiendo las propias ideas, gustos y valoraciones, entonces se terminaran las hostilidades. Los malestares diversos originados por nuestra conducta, radican en el egoismo y la ignorancia, y si en su lugar lo queremos substituir por bienestar hemos de ir justamente a sus antónimos para que sea posible.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
miércoles, 26 de marzo de 2025
EL MUNDO DE LOS PRINCIPIOS, EL MUNDO DE LAS LEYES Y EL MUNDO DE LOS FENÓMENOS
miércoles, 12 de marzo de 2025
CREACIÓN O REPRODUCCIÓN
Hay dos formas de creación : la que junta materiales sirviendo de base transformando un contexto prévio, y la incidencia de lo pensado y sentido en el medio. Creación es dar forma a lo que era una idea. De la abstracción invisible a la concreción visible. El creador expresa parte de lo que ha almacenado influenciado por precedentes con su huella distintiva. No podemos saber qué proporción de lo manifestado es estrictamente personal debido a los diversos factores que entran en escena. ¿ Qué impulsa o motiva crear ? Cada cual lo verá desde su prisma particular. Y en lo que probablemente habrá coincidencia, es que la obra creada ha de contener belleza y practicidad. Los autores ejecutan el trabajo en solitario, y la finalidad es que llegue por alguna via al público, no tanto por la notoriedad, si no por la finalidad de nutrición recíproca donde todos participamos. La creación ha de querer inspirar, que cautive de alguna manera al observador. Las grandes obras brotan de aquellos capaces de sintonizar con sutilezas ofreciendolas a la sociedad para un deleite mutuo. Las creaciones autenticas son eternas, siempre actuales independientemente de la época por que son inspiraciones del alma. Las obras transitorias pueden ser apreciades durante un tiempo, y no pueden perdurar si no van acompañadas de la calidad indispensable. La reproducción es copiar o imitar. No hay novedad, es producir nuevamente lo existente. Lo que pensamos y sentimos mostrado en palabras y acciones crean situaciones agradables o desagradables que dejan un impacto, y el ir repitiendo con insistencia los mismos discursos, las mismas ideas, es una reproducción. La primera vez de una expresión determinada será el detonante de unos resultados posteriores haciendo de creador. Si estos postulados se reiteran pasan a ser reproducciones de lo que en el momento inicial fue creación tratándose de un inicio. Todos somos creadores por lo que decimos y hacemos con el trasfondo que origina a continuación, pero no todos podemos ser artistas por que esto requiere un talento personal y intransferible reservado a unos pocos escogidos.