La verdadera satisfacción no se centra solo en lo externo, en placeres físicos o en la obtención de algun objetivo, va más allá. Sentirse satisfecho ha de ser consecuencia de haber dinamizado un potencial consiguiendo un resultado significativo de acuerdo al código personal de valores.
La mayoria cree que la satisfacción vendrá de tener mucho dinero, comodidades y sentirse querido. Esto ayuda a propiciar condiciones más confortables, dotarse de mayor calidad, pero como se trata de algo material no creado própiamente por nosotros, no puede generar verdadera ni duradera satisfacción.
Queremos recibir muestras de atención, cordialidad y afecto de los demás, es normal. El obstáculo es que hay muchas relaciones pobres o bastante pobres, y entonces lo que recibimos es un desencanto asiduo. Lo que hemos de buscar no es lo que hace el prójimo por mi, pues no depende de nosotros, sino que podemos hacer, que podemos dar para ser útiles. Solo procurando por otros ofreciendo nuestra contribución con nuestras habilidades y recursos es cuando de verdad experimentaremos satisfacción, el resto son simples tentativas que nunca nos haran vibrar con la misma intensidad.
Si el entorno circundante es el que es y los conflictos imperan por todas partes, es porque el egoismo mira únicamente por los propios intereses, y al extenderse de forma generalizada siempre se estan produciendo luchas de intereses que van distanciando. Nosotros mismos con nuestra actitud y proceder nos generamos la insatisfacción que nos acompaña en todos los ámbitos, y lo seguirá haciendo mientras no cambiemos la tendencia de pensar, sentir y actuar solo pendientes de los beneficios particulares, a hacerlo acoplando las necesidades individuales con las colectivas.
Estamos demasiado absortos en la propia auto-satisfacción, dejando de lado o tratando mal a otros, cuando la realidad es justo lo contrario. Cuanto más pendientes estamos de los demás y mejor los tratamos, automáticamente nos sentimos mejor. Si la gente no se percata de esto es por la fijación en ellos mismos y por las formas chapuceras de comportamiento que originan las condiciones de deterioro presentes en numerosos ámbitos.
Si queremos experimentar situaciones satisfactorias, hemos de crear vias de entendimiento, disposición a colaborar y ayudar, viendo las cosas en perspectiva donde la unidad en armonia prevalga sobre la separación en discordia.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
jueves, 19 de abril de 2012
lunes, 9 de abril de 2012
SATISFACCIÓN - INSATISFACCIÓN ( I )
Satisfacción es llenar la medida de un deseo. Lo que hace falta saber es si es apropiado y que puede reportar.
Vamos a la búsqueda de lo que nos haga sentir bien, pero en esta persecución es conveniente afrontar algun tipo de obstáculo a fin de reforzar las aptitudes a base de perseverancia.
En el hacer puede haber satisfacción cuando es eficaz y tambien insatisfacción cuando se hace forzado o los resultados son deficientes. Si lo llevado a cabo es saludable, es una confirmación de que el procedimiento es correcto. Si por el contrario los puntos negativos predominan, estos contienen la información de lo que debemos revisar para dar una orientación diferente.
Hemos de clarificar donde creemos que encontraremos satisfacción, porque segun se trate es posible que sea una ilusión, y será preciso ver como se ajusta a nuestro carácter y si conviene realmente. No hemos de pedir lo que desea el ego, sino lo más idóneo para el alma. Y en vez de focalizarnos en cuestiones irrelevantes atraer las condiciones para cultivar virtudes.
Los objetivos han de apuntar alto, no a las trivialidades habituales que acostumbran a servir de muy poco por su inconsistencia. Anhelar un incremento de sabiduria, acciones desinteresadas, llevar una vida más pacífica, con mayor capacidad afectiva creando condiciones armónicas, esto nos hará sentir satisfechos, sin dependencias externas ni corta duración.
La insatisfacción ha de intervenir como factor de superación, no de queja. El equilibrio entre las dos tendencias nos mantendrá dinámicos, siendo sencillamente una de tantas polaridades.
El código de valores, gustos, medidas, forman parte de este tándem. Si las expectativas son demasiado altas pueden llevar a la insatisfacción si no minimizamos los efectos con una observación nítida relativizándolo.
Si la supuesta satisfacción acaba en insatisfacción, señala o bien unas expectativas infundadas, desmedidas o poco convenientes.
Queremos ciertas cosas con la creencia que nos gusta o gustará, y a veces es oportuno experimentar desengaños para aprender lecciones, que si tomamos buena nota a la larga las podemos transformar en futuras satisfacciones.
La insatisfacción puede ser puntual o existencial, en ambos casos es preciso saber los motivos, valorarlo en perspectiva y delinear un plan para que se enderecen en un sentido más favorable.
Lo que nos molesta de nosotros o del entorno es una forma de proceder inármonica, y al haber tantas cosas que no funcionan debidamente genera insatisfacción.
Hemos de procurar no quedar atrapados por sensaciones desalentadoras, que pueden desembocar en exceso de peso, adicciones nocivas o enfermedades. Esto son mecanismos de compensación para paliar frustraciones, y más que servir perjudican. Y el ir insistiendo en la adicción prolonga la problemática de fondo si no se elimina la causa.
La solución es facil : ir a la raíz del conflicto, tomar una determinación y obrar en consecuencia para substituir lo inútil por lo útil.
Vamos a la búsqueda de lo que nos haga sentir bien, pero en esta persecución es conveniente afrontar algun tipo de obstáculo a fin de reforzar las aptitudes a base de perseverancia.
En el hacer puede haber satisfacción cuando es eficaz y tambien insatisfacción cuando se hace forzado o los resultados son deficientes. Si lo llevado a cabo es saludable, es una confirmación de que el procedimiento es correcto. Si por el contrario los puntos negativos predominan, estos contienen la información de lo que debemos revisar para dar una orientación diferente.
Hemos de clarificar donde creemos que encontraremos satisfacción, porque segun se trate es posible que sea una ilusión, y será preciso ver como se ajusta a nuestro carácter y si conviene realmente. No hemos de pedir lo que desea el ego, sino lo más idóneo para el alma. Y en vez de focalizarnos en cuestiones irrelevantes atraer las condiciones para cultivar virtudes.
Los objetivos han de apuntar alto, no a las trivialidades habituales que acostumbran a servir de muy poco por su inconsistencia. Anhelar un incremento de sabiduria, acciones desinteresadas, llevar una vida más pacífica, con mayor capacidad afectiva creando condiciones armónicas, esto nos hará sentir satisfechos, sin dependencias externas ni corta duración.
La insatisfacción ha de intervenir como factor de superación, no de queja. El equilibrio entre las dos tendencias nos mantendrá dinámicos, siendo sencillamente una de tantas polaridades.
El código de valores, gustos, medidas, forman parte de este tándem. Si las expectativas son demasiado altas pueden llevar a la insatisfacción si no minimizamos los efectos con una observación nítida relativizándolo.
Si la supuesta satisfacción acaba en insatisfacción, señala o bien unas expectativas infundadas, desmedidas o poco convenientes.
Queremos ciertas cosas con la creencia que nos gusta o gustará, y a veces es oportuno experimentar desengaños para aprender lecciones, que si tomamos buena nota a la larga las podemos transformar en futuras satisfacciones.
La insatisfacción puede ser puntual o existencial, en ambos casos es preciso saber los motivos, valorarlo en perspectiva y delinear un plan para que se enderecen en un sentido más favorable.
Lo que nos molesta de nosotros o del entorno es una forma de proceder inármonica, y al haber tantas cosas que no funcionan debidamente genera insatisfacción.
Hemos de procurar no quedar atrapados por sensaciones desalentadoras, que pueden desembocar en exceso de peso, adicciones nocivas o enfermedades. Esto son mecanismos de compensación para paliar frustraciones, y más que servir perjudican. Y el ir insistiendo en la adicción prolonga la problemática de fondo si no se elimina la causa.
La solución es facil : ir a la raíz del conflicto, tomar una determinación y obrar en consecuencia para substituir lo inútil por lo útil.
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