El orden es el estado natural, el caos es romper este estado. Ubicar cada cosa en su lugar para que ejerza su función, y cuando no es así ni hace lo que sería conveniente hacer es cuando sobreviene el caos.
Para instaurar el orden hemos de saber que queremos, con que contamos y tener la habilidad de encajar los componentes que intervengan. Claridad, voluntad y capacidad ejecutora, son fundamentales en conseguir y preservar las condiciones que perseguimos dotándolas de un servicio útil.
El caos es una desconexión que provoca no ver con nitidez, y en consecuencia las acciones producto de unos criterios erróneos, conducen a tensiones y conflictos que solo se resolveran con sentido común.
Hay caos por que hay espacio entre nosostros y las personas. Si cerramos este espacio, entonces podremos eliminar el origen; pero esto solo es posible si la oscuridad causante da paso a una amplitud de miras clarificadora.
Orden es sinónimo de bien hecho, cuidado, correcto. Caos es sinónimo de mal hecho, descuidado, incorrecto.
El orden es situar las partes individuales en confluencia para el bien del conjunto. El caos separa, y entonces ni las partes ni el todo realizan la función que corresponde, resultando inútiles.
El orden es una cuestión de civilidad, buenas maneras, organización, proceder con pulcritud por el beneficio que supone. En definitiva es la aportación de todos para todos en perfecta sincronización.
El orden es el que ha de imperar, por el cual velamos siempre. El caos es temporal, y cuando se presenta en el contexto que sea, los esfuerzos se dirigen a restablecer la armonia. Si las condiciones caóticas se prolongan, se vive en una provisionalidad indefinida que genera incomodidad, bajo rendimiento y estancamiento.
El orden lo hemos de forjar en el interior con un equilibrio global manifestándolo externamente. Si no hemos introducido la estabilidad indispensable mentalmente y emocionalmente, habrá grietas donde el caos se podrá manifestar, repitiéndose con asiduidad o esporádicamente si persiste el desequilibrio.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
miércoles, 27 de febrero de 2013
lunes, 18 de febrero de 2013
MADUREZ
El concepto de madurez no ha de vincularse inexorablemente al hecho de tener mas experiencias, mas edad. Esto no es sinónimo de aprovecharlo para evidenciar que hemos aprendido y nos ha servido para mejorar.
La actitud madura es una cuestión de conciencia, y de la comprensión implícita que comporta a continuación ha de venir la responsabilidad.
¿ Cual es el grado de conciencia individual y social que impera ? ¿ Quien es auténticamente responsable ? En la forma de hablar y actuar se pone de manifiesto, y la manera de vivir es un claro indicador del grado actual de madurez.
Las relaciones son la prueba más evidente del nivel conseguido a lo largo del tiempo con el fin de pulirnos, mostrarnos más comprensivos, reducir la porción egoica pensando más en el otro, en introducir progresivamente más dosis de amabilidad, espíritu de servicio y armonía.
Inmaduro significa que se encuentra en su inicio, que requiere un proceso para llegar a un estado óptimo. No puede ofrecer el máximo al estar en vias de desarrollo.
Maduro es el producto, objeto o persona que ha pasado una serie de etapas hasta lograr el punto de crecimiento, sabor o expresión idóneo.
Cuando nuestras maneras no son apropiadas, ponemos de manifiesto inmadurez, pues estar a punto es un equilibrio de proporciones.
El crecimiento físico tiene una duración limitada, a partir del cual se trata de mantener en buen estado. El desarrollo mental y espiritual es perpétuo, no hay límites, y teniendo en cuenta el bajo nivel de conocimientos humano por la desconexión a la Fuente, es absolutamente primordial seguir ampliando la conciencia para adquirir la madurez que nos facilite ser más pulcros en todas las manifestaciones, para el bien personal y colectivo.
En nuestro crecimiento individual siempre hemos de aprender más, siempre hemos de hacer más, por lo tanto siempre estamos inmaduros por más que hagamos y sepamos. Y este es el mayor aliciente que tenemos, esforzarnos contínuamente para madurar cada vez más aplicando las directrices supremas.
La actitud madura es una cuestión de conciencia, y de la comprensión implícita que comporta a continuación ha de venir la responsabilidad.
¿ Cual es el grado de conciencia individual y social que impera ? ¿ Quien es auténticamente responsable ? En la forma de hablar y actuar se pone de manifiesto, y la manera de vivir es un claro indicador del grado actual de madurez.
Las relaciones son la prueba más evidente del nivel conseguido a lo largo del tiempo con el fin de pulirnos, mostrarnos más comprensivos, reducir la porción egoica pensando más en el otro, en introducir progresivamente más dosis de amabilidad, espíritu de servicio y armonía.
Inmaduro significa que se encuentra en su inicio, que requiere un proceso para llegar a un estado óptimo. No puede ofrecer el máximo al estar en vias de desarrollo.
Maduro es el producto, objeto o persona que ha pasado una serie de etapas hasta lograr el punto de crecimiento, sabor o expresión idóneo.
Cuando nuestras maneras no son apropiadas, ponemos de manifiesto inmadurez, pues estar a punto es un equilibrio de proporciones.
El crecimiento físico tiene una duración limitada, a partir del cual se trata de mantener en buen estado. El desarrollo mental y espiritual es perpétuo, no hay límites, y teniendo en cuenta el bajo nivel de conocimientos humano por la desconexión a la Fuente, es absolutamente primordial seguir ampliando la conciencia para adquirir la madurez que nos facilite ser más pulcros en todas las manifestaciones, para el bien personal y colectivo.
En nuestro crecimiento individual siempre hemos de aprender más, siempre hemos de hacer más, por lo tanto siempre estamos inmaduros por más que hagamos y sepamos. Y este es el mayor aliciente que tenemos, esforzarnos contínuamente para madurar cada vez más aplicando las directrices supremas.
sábado, 9 de febrero de 2013
DISCIPLINA
Disciplina es un conjunto de normas a seguir. ¿ Y cual es la finalidad ? Preservar el orden y obtener un rendimiento a los esfuerzos realizados.
La etimologia de la palabra disciplina nos indica que proviene de discípulo, por la constancia indispensable del trabajo regular y el mérito a lograr mediante el encaje de teoria y práctica.
La disciplina se puede enfocar en conservar o en incrementar. Conservar el estado de forma, salud, finanzas, etc, a base de un control, unas medidas y una austeridad. O bien incrementar los apartados que deseamos expandir para acceder a un contexto mejor.
Actividades no sujetas a una disciplina no reportan su potencial ni dan el fruto que puede ofrecer. La disciplina se ha de implantar como señal de auto estima, de comprensión y visión de largo alcance. Lo que hicimos ayer repercute en el hoy, y lo que hacemos ahora incidirá en el mañana; por tanto si queremos estar acompañados de condiciones favorables, es preciso instaurar una regularidad como nos enseña el organismo con su funcionamiento sincronizado.
Sin disciplina no se obtiene nada con consistencia, donde la misma indolencia sumerge al sujeto en la mediocridad, pues conseguir excelencia en el campo que sea se acompaña forzosamente a parte de unas aptitudes, de disciplina.
Saber como actuar lo extraemos del conocimiento, y este solo tiene valor cuando es aplicativo y aporta un resultado.
Se trata de ganar, ir a más, o por lo menos no perder. La desidia es una comodidad momentánea que acaba generando una gran incomodidad al no ejecutar unos movimientos periódicos que reportarian bienestar y condiciones más óptimas.
Este es un mundo de acción, y querer evitarla es contraproducente por que los mecanismos de engranaje dejan de funcionar por un uso insuficiente.
La disciplina no ha comportar agotamiento, esto sería perjudicial. Encontrar el término apropiado en cada uno para un beneficio, este es el objetivo.
La etimologia de la palabra disciplina nos indica que proviene de discípulo, por la constancia indispensable del trabajo regular y el mérito a lograr mediante el encaje de teoria y práctica.
La disciplina se puede enfocar en conservar o en incrementar. Conservar el estado de forma, salud, finanzas, etc, a base de un control, unas medidas y una austeridad. O bien incrementar los apartados que deseamos expandir para acceder a un contexto mejor.
Actividades no sujetas a una disciplina no reportan su potencial ni dan el fruto que puede ofrecer. La disciplina se ha de implantar como señal de auto estima, de comprensión y visión de largo alcance. Lo que hicimos ayer repercute en el hoy, y lo que hacemos ahora incidirá en el mañana; por tanto si queremos estar acompañados de condiciones favorables, es preciso instaurar una regularidad como nos enseña el organismo con su funcionamiento sincronizado.
Sin disciplina no se obtiene nada con consistencia, donde la misma indolencia sumerge al sujeto en la mediocridad, pues conseguir excelencia en el campo que sea se acompaña forzosamente a parte de unas aptitudes, de disciplina.
Saber como actuar lo extraemos del conocimiento, y este solo tiene valor cuando es aplicativo y aporta un resultado.
Se trata de ganar, ir a más, o por lo menos no perder. La desidia es una comodidad momentánea que acaba generando una gran incomodidad al no ejecutar unos movimientos periódicos que reportarian bienestar y condiciones más óptimas.
Este es un mundo de acción, y querer evitarla es contraproducente por que los mecanismos de engranaje dejan de funcionar por un uso insuficiente.
La disciplina no ha comportar agotamiento, esto sería perjudicial. Encontrar el término apropiado en cada uno para un beneficio, este es el objetivo.
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