El concepto de peligro es una advertencia que si no actuamos con precaución podemos sufrir consecuencias físicas o de otras características segun el caso.
Por descontado que no queremos hacernos daño, ni padecer situaciones molestas, y en cambio, muchos de los planteamientos y acciones, acaban comportando malestar, pérdidas y riesgos en más de un sentido.
El peligro no se limita únicamente al dolor corporal, a pasar privaciones, a afrontar crisis diversas. También está el peligro de malbaratar inutilmente la vida, donde seguro que la mayoría no lo catalogaría así debido al enfoque puramente de subsistencia en que estamos inmersos de manera preponderante.
Se haga más o menos la verdad es que siempre hacemos poco, pues la atención se desvia en actividades o entretenimientos que no ensanchan horizontes ni aportan referentes para mejorar el potencial. Condicionados por la necesidad de obtener recursos, el estrecho margen de maniobra restante se pierde habitualmente en futilidades. El peligro por tanto es haber dispuesto de tiempo, que son oportunidades, y no aprovecharlo constructivamente.
Estudiar, trabajar, tener dinero, solo son instrumentos intermediarios para saber como establecer conexiones con el entorno en diferentes niveles para llevar a cabo un propósito evolutivo.
Si solo nos quedamos en el medio, no iremos al fondo, y por oportunidades que se presenten no las sabremos ver ni darle el tratamiento preciso que facilite nuevos desarrollos.
El peligro de estar limitados, de quedarse en la superficie, son obstáculos que impiden avanzar individualmente y colectivamente. Estamos rodeados de peligros diversos, antes en consonancia al estilo imperante del momento, ahora por los desequilibrios planetarios derivados de gestiones desastrosas donde el supuesto beneficio puede conducir al maleficio.
El mayor peligro es la misma humanidad si prevalecen las formas ignorantes y egoistas, debiendo concienciarnos de qué queremos y a donde nos puede conducir. Vivimos en comunidad, y así hemos de enfocar los proyectos si deseamos crear un entorno próspero, justo y armónico, donde todos somos responsables, de las pequeñas y las grandes acciones. De nosotros depende generar más seguridad, reduciendo el peligro con el incremento de conciencia y adoptando posturas altruistas.
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