Marcar las diferencias es salir de la tónica imperante, de lo que predomina, de una mayoría conformista para formar parte de una minoria inconformista.
Ir haciendo " lo que toca " un dia y otro, resignadamente, sin aspiraciones, limitados, condicionados por múltiples factores, es desear sobrevivir, desconectados de los anhelos del alma centrados únicamente en nutrir las peticiones del cuerpo.
Focalizados en asuntos mundanos no es posible subir el listón de nuestro potencial. Primero se ha de desvelar la conciencia para querer ir más allá de lo puramente material, y a continuación dotarnos de las herramientas de instrucción y entrenamiento para seguir inmersos inevitablemente en la rutina, pero bajo unos parámetros dirigidos a desarrollar la naturaleza espiritual.
¿ De verdad que nos satisface ver como pasan los dias cubriendo el expediente de mantenernos y ya está ?
¿ O no querríamos dotar de sentido y significado todo lo que realizamos ?
Marcar la diferencia depende de los pensamientos, de los sentimientos y las acciones. La calidad de estos determinará los resultados. La base es el pensamiento, y la voluntad ejecutora es quien dará forma concreta. Sin un deseo claro, explícito, instaurado en el interior, de querer mejorar contínuamente en todo tipo de expresiones, será imposible dinamizar el potencial, y en consecuencia no se podran marcar diferencias respecto a la tendencia social habitual.
No podemos permanecer estáticos en el aprendizaje ni en como nos comportamos. Conformarse en ir pasando es una muerte lenta con la pretensión de vivir una vida vacía donde no hay objetivos más allá de preservar el funcionamiento orgánico del cuerpo.
Esta es la forma que observamos a diario, una pena, que refleja la incapacidad de descifrar cual es nuestra función, el propósito existencial, con unas pobres expresiones producto de quedar prisioneros por todo lo que nos rodea a factores estrictamente materiales.
La diferencia solo se puede hacer con virtudes consolidadas, ejercitándonos permanentemente para ser, en seguir los preceptos espirituales; de otra manera sólo es una lucha de simple supervivencia.