En hebreo la palabra MELEJ significa " rey ", y si cambiamos el orden y escribimos LEMEJ significa " idiota " ¿ Qué expresan estas diferencias ? En la palabra MELEJ la letra MEM inicial está asociada a la cabeza, indicando que el " rey " antes de emitir un dictámen reflexiona para ver en perspectiva la situación y decidir como actuar con coherencia, rectitud y justicia.
La letra LAMED inicial está asociada a las emociones. Si alguien antes de pensar se deja arrastrar por el aspecto emocional a causa de unos hechos o palabras, no puede ver con claridad el contexto con imparcialidad, y en vez de un razonamiento lúcido se manifiesta la vertiente instintiva de aquello que se ve amenazado.
Los que estan bajo la influencia de la MEM no pretenden ganar ni imponerse a la fuerza, quiren debatir ideas, argumentar, intercambiar posiciones civilizadamente a fin de encontrar alternativas que permitan mejorar áreas que necesiten una transformación cuando se constata que el contexto actual no sirve, y seguir igual no solo no lleva a ningun lado, sino que va degradando y empeorando más la situación.
Los que estan bajo la influencia de la LAMED solo se enfocan en desprestigiar a cualquier adversario que no diga ni haga como ellos quieren. Es una actitud de rabieta constante de niño pequeño consentido que ha de hacer siempre lo que quiere y los demás existen para servirle en sus caprichos.
Mientras la MEM muestra buenas maneras, respeta las diferencias, quiere soluciones pacíficas y democráticas, la LAMED se dedica a descalificar sistemáticamente, hace aflorar la versión más primaria, distorsiona y lo adapta todo a su gusto con tal de conseguir satisfacer un deseo insaciable de imponer su voluntad aunque suponga pisar derechos y lo que se ponga por delante.
La eterna lucha entre civilización y barbarie, entre sabiduria y necedad, entre conocimiento e ignorancia, entre luz y oscuridad, entre los que quieren armonía y los que para satisfacer como sea unos privilegios conseguidos con violencia, no dudan en mantener la tensión, el enfrentamiento y el caos, bajo la premisa de unos objetivos miserables.