En nombre de la religión, del país, de la familia, el poder establecido se otorga luz verde para emitir todos los decretos, leyes y reglamentos destinados a favorecer unos intereses específicos.
La excusa de un bien común, de un interés que supuestamente ha de unir, abre una via donde puede caber lo imaginable y lo inimaginable, siempre con una interpretación interesada, arbitraria y partidista.
Estos " supuestos salvadores " que se creen autorizados a impartir y a imponer su doctrina, han hecho más mal que bien. Desde posturas dogmáticas valoran exacerbadamente sus ideas y pretensiones, y en la misma proporción desprecian las que se oponen; por que está claro ellos tienen la verdad y los otros estan equivocados.
¿ Cómo empieza una discusión ? No hace falta responder por que todos lo saben. Si los conflictos persisten es por el afán de dominio, de imponer, que implica una parte contra otra. Y hasta que no interioricemos profundamente que desde las respectivas individualidades hemos de velar para crear puentes de colaboración y entendimiento no habrá paz.
Todos los males nacen de actitudes egoistas separadoras. Para mi si para ti no. Y este en nombre de puramente interesado se ha de convertir en nombre de un bien común real, y a partir de aquí los desequilibrios y las constantes barbaridades diarias podran empezar a enderezarse.
Tanto da cual sea el fondo, religioso, patriótico, familiar, económico, las acciones personales influyen en la sociedad, y esta en nosotros, por tanto lo más sensato y provechoso es pensar y actuar en consecuencia de acuerdo a tal evidencia.
No hemos de proceder en nombre de lo que quiero o querría si supone perjudicar o maltratar a otros por el propio beneficio. Las acciones se han de plantear y ejecutar en nombre de lo correcto a cada momento y circunstancia, con el objetivo de encajar la diversidad para desembocar en un final adecuado para las diferentes partes implicadas.