Entre consumición y consumición acontece la trama de todo lo que hacemos y experimentamos. Cada nuevo dia ponemos el marcador a cero que lo llenaremos con actividades que nos harán consumir tiempo, dinero, alimentos, con el objetivo de continuar nuestra presencia terrena.
Todo gira alrededor de disponer de recursos, la clave para lograr una autonomia de movimientos y libertad de elección y posibilidades en nuestras pretensiones.
La dependencia de otros y la naturaleza es el impulso para dinamizar las aptitudes para poder efectuar intercambios dirigidos a cubrir carencias.
Adquirir habilidades mediante el estudio y acciones para la organización y funcionamiento del organigrama cotidiano. Se trata de tener lo necesario para afrontar la jornada, donde todo nos sumerge en una rueda de consumición constante. Solo hace falta ver los anuncios, donde toda la finalidad es atraer compradores, por tanto consumir.
En este ritmo frenético de un lugar a otro, de una actividad a otra, de enviar o recibir mensajes ¿ alguien se pregunta sobre qué estamos haciendo, que provecho sacamos, y de todo en conjunto qué es realmente util ?
Cuando lleguemos a la jubilación, de todo tipo de consumiciones ¿ qué porcentaje habremos aprovechado para ser mejores personas, más inteligenets, más sensibles, más amables, considerados, generosos ?´
Las limitaciones, necesidades a cubrir, la inconciencia generalizada, nos lleva a vivir por inercia.
Todos estamos de acuerdo a preservar la continuidad física, pero si desconocemos quienes somos, las aportaciones sociales a transmitir, si no se constatan mejoras evolutivas evidentes en nuestras expresiones, es un consumir por consumir, y cuando algo es un hacer por hacer se convierte en un absurdo.
Queremos cantidad pero no hay calidad. Si cada nueva jornada no la aprovechamos para fijar nuevas semillas de desarrollo y progreso, estamos malgastando tiempo y esfuerzos por que no estamos yendo donde se supone hemos de ir : a una expansión constante de conocimientos y refinamiento en todos los sentidos.