Mucha gente está confundida respecto a lo que creen de ciertos temas. El enfoque mundano, egoista, junto a los parámetros imperantes, limitan la visión de diversos aspectos. Es preciso dotarse de un amplitud de miras que haga entendedoras situaciones que al verlas desde una óptica reducida no las tratamos como deberíamos, no le sabemos extraer el goce y provecho deseado, viviéndolo incluso en ocasiones como adversidades. La capacidad de comprensión es clave en el tratamiento y experimentación.
De los diferentes apartados en que podemos tener disensiones, he escogido tres a modo de exposición y síntesis : soledad, riqueza y relaciones.
La soledad no existe como tal, siempre estamos con nosotros mismos y rodeados de todo el universo. Es imposible estar solo, por que la naturaleza siempre está aquí presente. La vida en sociedad implica intercambios que hacemos con otras personas, y para subsistir hemos de trabajar, y aunque se viva de renta es indispensable establecer relaciones para proveernos de los bienes que queremos conseguir.
Podemos estar solos momentáneamente de compañía humana, pero igualmente seguimos con la nuestra propia que nunca nos deja. Cuando la gente dice "estoy solo" "estoy sola" solo se refiere a este tipo de compañía, pues tiene otras, y lo único es ser consciente para entrar en contacto.
La sensación de soledad en realidad es vacío interior, una ausencia de conexión con uno mismo, que al no hacerse pretende encontrar externamente a través de otros, pero esto es una tarea estrictamente personal que depende de nosotros.
La riqueza material anhelada por la mayoría, no nos lo puede proporcionar todo. Se pueden adquirir muchas cosas, acceder a más cantidad y calidad, pero solo en elementos exteriores.
En el desierto, en el bosque, por más ricos que seamos, todo el dinero del mundo no sirve en absoluto, tan solo sirve en la llamada civilización. Lo acumulado en forma de posesiones no lo podemos llevar encima en su totalidad, y en el momento del traspaso lo hemos de dejar. En cambio, las riquezas interiores ganadas a través del tiempo con un trabajo de crecimiento espiritual en forma de amor y sabiduria , siempre nos acompañan, son nuestras y nadie nos las puede quitar. Estas son las verdaderas riquezas.
Además, por dinero que se pueda tener, si hay una salud deficiente, inteligencia escasa o relaciones frustrantes, son connotaciones de pobreza, y la riqueza será relativa.
Las relaciones ejercen de intermediarios, hacen de puente entre nuestra posición y las pretensiones a lograr. Gracias a las relaciones, junto a los propios valores y esfuerzos tiramos adelante.
No hemos de ver a los demás como sujetos destinados a gratificar los deseos del ego. Las relaciones son el medio de intercambio por excelencia, donde el objetivo no ha de centrarse exclusivamente en las ventajas a conseguir mediante las diversas aportaciones de otros. El planteamiento se ha de enfocar en " como puedo servir, como puedo ayudar " porque si todos pensáramos de esta manera, se desvanecerían las formulaciones egoistas y desaparecerían las carencias gracias al espíritu servicial.
Los otros no son medios de explotación, ni tampoco supuestos proporcionadores de felicidad. Debemos tener claros los conceptos, verlos por lo que son, no por lo que pensamos, suponemos, imaginamos o queremos.
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