La ambición está supeditada a un conjunto de factores, y hacia donde apunten nos indicará características de la persona.
La ambición puede dirigirse hacia objetivos externos o internos, materiales o espirituales, pero no se trata de decantarse por uno y dejar el otro, pues esto nos haría incompletos, hemos de querer abarcar ambos sentidos. Uno ha de acompañar al otro, ya que continuamente estan interaccionados.
Vamos a buscar nutrientes fuera para nutrirnos dentro, y por el bagaje interno nos dirigimos al exterior. Los materiales y las experiencias son elementos de la periferia, sirviéndonos para conectar con el centro.
La ambición vital no consiste en el hecho de acceder a un trabajo, un dinero, una casa, pareja, etc. Estos ítems pueden hacer de intermediarios, donde el objetivo ulterior va más allá. La ambición a perseguir es convertirse en alguien cada vez más perfeccionado en todas las expresiones, y primero se ha de desear con mucha fuerza desde lo más profundo de nosotros, para que a continuación atraigamos los instrumentos apropiados que faciliten la debida preparación.
La mayoría condicionada por la necesidad de obtener recursos, opta básicamente por objetivos mundanos, pero estos dependen de terceros, estan sometidos a oscilaciones, y nunca sabemos con quien y con que podemos contar. En cambio, la búsqueda de perfección solo depende de nosotros, es acumulativa, nadie nos lo puede substraer, y su abasto es infinito y eterno, no hay límites.
Vivimos vidas insubstanciales porque corremos detrás de lo efímero, de valores frágiles, movidos por la inercia, sin reflexionar a donde vamos, que hacemos y la finalidad de todo ello donde nos conducirá.
Enfocados solo en lo material nunca encontraremos satisfacción duradera, porque siempre habrá algun vacío, dependencias y frustración. Se trata de tener para ser, y ser para tener, llenarnos dentro para llenarnos fuera, y en esta doble dirección saber como proceder a cada momento instaurando la armonia.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
martes, 29 de enero de 2013
sábado, 19 de enero de 2013
ENVIDIA
Si estamos donde hemos de estar, y tenemos lo que hemos de tener, la envidia es una postura errónea; pues supone querer lo que no somos y tener lo que no tenemos. Pretender lo que es de otros sin que comporte esfuerzo, deseando el fruto ahorrándose el trabajo previo, esto es infantil.
¿El envidioso en cuestión ha hecho meritos para disponer de lo que querría ? ¿ Le conviene ? ¿ Le será util, o solo es para satisfacer deseos del ego ?
El enfoque positivo es valorar lo que tenemos y no lo que falta, mostrar gratitud por el servicio que reporta cada cosa, para encajar dentro de un orden inmenso, y a través de las diferencias realizar una función específica como contribución particular en el conjunto.
Querer ser o tener lo de otros es violentar los esquemas cósmicos, una presunción focalizada en " supuestos " placeres que si no tenemos acceso es porque no estan hechos para nosotros. Y si los queremos conseguir no se nos daran gratuitamente, deberemos forjar aptitudes, voluntad, disciplina, y constatar si lo obtenemos o no, y despues comprobar si la supuesta panacea era como imaginábamos.
Nada de lo que nos rodea en este momento se ha producido como un milagro o un juego de manos, es consecuencia de enlaces previos, y en vez de fijarse en los bienes de otros hemos de velar por los nuestros con las herramientas de que disponemos.
Para ejecutar el trabajo personal precisamos unos recursos en consonancia, unas relaciones determinadas, y un lugar apropiado para actuar. Lo que sirve a unos no servirá a otros, y con esta comprensión no desearemos lo que no necesitamos o aquello no conveniente, centrándonos en nuestra parcela y peculiaridades.
Solo podemos ser nosotros con todo lo que implica, fijarnos en alguien por sus virtudes y quererlas adquirir está bien, pero aunque nos instruyamos y entrenemos a tal fin, el sello distintivo será el nuestro con las inevitables diferencias.
Hemos de anhelar nuestra mejor versión, preparándonos para lograrlo, y el resto ya vendrá en la forma, medida y tiempo oportuno.
¿El envidioso en cuestión ha hecho meritos para disponer de lo que querría ? ¿ Le conviene ? ¿ Le será util, o solo es para satisfacer deseos del ego ?
El enfoque positivo es valorar lo que tenemos y no lo que falta, mostrar gratitud por el servicio que reporta cada cosa, para encajar dentro de un orden inmenso, y a través de las diferencias realizar una función específica como contribución particular en el conjunto.
Querer ser o tener lo de otros es violentar los esquemas cósmicos, una presunción focalizada en " supuestos " placeres que si no tenemos acceso es porque no estan hechos para nosotros. Y si los queremos conseguir no se nos daran gratuitamente, deberemos forjar aptitudes, voluntad, disciplina, y constatar si lo obtenemos o no, y despues comprobar si la supuesta panacea era como imaginábamos.
Nada de lo que nos rodea en este momento se ha producido como un milagro o un juego de manos, es consecuencia de enlaces previos, y en vez de fijarse en los bienes de otros hemos de velar por los nuestros con las herramientas de que disponemos.
Para ejecutar el trabajo personal precisamos unos recursos en consonancia, unas relaciones determinadas, y un lugar apropiado para actuar. Lo que sirve a unos no servirá a otros, y con esta comprensión no desearemos lo que no necesitamos o aquello no conveniente, centrándonos en nuestra parcela y peculiaridades.
Solo podemos ser nosotros con todo lo que implica, fijarnos en alguien por sus virtudes y quererlas adquirir está bien, pero aunque nos instruyamos y entrenemos a tal fin, el sello distintivo será el nuestro con las inevitables diferencias.
Hemos de anhelar nuestra mejor versión, preparándonos para lograrlo, y el resto ya vendrá en la forma, medida y tiempo oportuno.
miércoles, 9 de enero de 2013
PROYECTOS
Vivir es un proyecto permanente. Ir afrontando cada nuevo dia implica llenarlo con actividades destinadas a mantener en segun que casos, a adquirir en otros y aumentar lo que convenga. Los proyectos pueden ser de continuidad o innovación, preservar unas bases o crear nuevas en el afan de renovación.
No podemos permanecer estáticos, el movimiento es indispensable, y lo que hemos hecho ahora o el alimento ingerido en una comida, sirve sólo para un momento específico, y a continuación diferentes necesidades empujan hacia adelante en busca de nuevos recursos y tendencias.
Proyectar es aquello que querríamos, que ahora es una idea y más adelante puede ser una evidencia concreta. En el camino de su preparación se cruzan otros proyectos, pues el eterno presente es un enlace de acciones entre lo dejado atrás y lo que sirve en los nuevos y diferentes contextos que se generan.
Los proyectos pasan diversas fases con la intervención de los 4 elementos. El aire es la semilla en forma de pensamiento. El agua el deseo de experimentarlo, la sensación. El fuego el empuje que lo ponga en acción. La tierra la concreción sólida final.
Cada etapa tiene unas connotaciones que condicionan los intereses de acuerdo a lo requerido en el momento. Los proyectos siempre nos acompañan por la misma fuerza vital y el anhelo de persistencia. Dejar lo que ya ha hecho su servicio y coger nuevos instrumentos, nuevos caminos para recargarnos, recomenzar y perpetuar la propia existencia.
El carácter de cada uno, formación, inquietudes, recursos y el medio de ubicación con sus posibilidades, marcaran las inclinaciones de lo que nos gustaría experimentar. Algunos, con preparación, determinación y posibilidades, conseguiran concretar en hechos los proyectos. Otros, más teóricos, pueden imaginar mentalmente que harán muchas cosas y al final quedar diluidos por que el pensamiento si no se acompaña de acción se desvanece como el paso de una nube.
El objetivo es que la idea se impregne de deseo, a fin de dinamizar lo invisible convirtiéndolo en visible. Si los proyectos nos llevan a progresar habremos hecho lo oportuno. Si comportan pérdidas será cuestión de revisar las causas para revertirlo en futuras ganancias gracias al aprendizaje.
No podemos permanecer estáticos, el movimiento es indispensable, y lo que hemos hecho ahora o el alimento ingerido en una comida, sirve sólo para un momento específico, y a continuación diferentes necesidades empujan hacia adelante en busca de nuevos recursos y tendencias.
Proyectar es aquello que querríamos, que ahora es una idea y más adelante puede ser una evidencia concreta. En el camino de su preparación se cruzan otros proyectos, pues el eterno presente es un enlace de acciones entre lo dejado atrás y lo que sirve en los nuevos y diferentes contextos que se generan.
Los proyectos pasan diversas fases con la intervención de los 4 elementos. El aire es la semilla en forma de pensamiento. El agua el deseo de experimentarlo, la sensación. El fuego el empuje que lo ponga en acción. La tierra la concreción sólida final.
Cada etapa tiene unas connotaciones que condicionan los intereses de acuerdo a lo requerido en el momento. Los proyectos siempre nos acompañan por la misma fuerza vital y el anhelo de persistencia. Dejar lo que ya ha hecho su servicio y coger nuevos instrumentos, nuevos caminos para recargarnos, recomenzar y perpetuar la propia existencia.
El carácter de cada uno, formación, inquietudes, recursos y el medio de ubicación con sus posibilidades, marcaran las inclinaciones de lo que nos gustaría experimentar. Algunos, con preparación, determinación y posibilidades, conseguiran concretar en hechos los proyectos. Otros, más teóricos, pueden imaginar mentalmente que harán muchas cosas y al final quedar diluidos por que el pensamiento si no se acompaña de acción se desvanece como el paso de una nube.
El objetivo es que la idea se impregne de deseo, a fin de dinamizar lo invisible convirtiéndolo en visible. Si los proyectos nos llevan a progresar habremos hecho lo oportuno. Si comportan pérdidas será cuestión de revisar las causas para revertirlo en futuras ganancias gracias al aprendizaje.
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