domingo, 29 de diciembre de 2013

CAMINO A LA LIBERTAD

En un entorno condicionado por múltiples factores que nos ubican contínuamente dentro de unas parcelas reducidas, el camino a la libertad es el anhelo profundo que brota en mayor o menor medida en nosotros. La cuestión es : como podemos incrementar el porcentaje respetando las normas y las leyes.
Disponemos de libertad de elección en el pensamiento, en la expresión de sentimientos, y en la acción de acuerdo al nivel de conciencia individual. A más conciencia más posibilidades, a menos conciencia menos posibilidades de moverse con libertad.
La necesidad de encajar las partes con el todo obliga a establecer un orden para el buen funcionamiento, creando leyes a tal efecto, y a la vez esto supone responsabilidad. La diversidad limita el grado de libertad porque es fundamental acoplarse al medio y tratar a todos con dignidad.
La libertad más grande es la de las ideas, y a pesar de todo dependerá de nuestra capacidad y evolución actual. A nivel material la libertad es limitada, supeditada a muchos elementos. En lo sutil, en lo invisible, se concentran las proporciones más amplias de libertad. A medida aumenta la densidad, se reduce el porcentaje de libertad.
No por el hecho de tener o hacer según que se es más libre si esto acaba comportando consecuencias negativas.
Libertad para decidir qué, de qué manera, pero si es perjudicial nos conducirá a la esclavitud.
La vida entera es un aprendizaje constante para liberarnos de condiciones restrictivas, y aunque dispongamos de muchos estudios y dinero, igualmente será una pequeña libertad porque estamos supeditados a muchas facetas ambientales, así como a la dependencia de otros y la naturaleza.
En realidad es más el anhelo que lo experimentado. Queremos o querríamos poder actuar con mayor libertad, pero si no se está suficientemente preparado mentalmente, si no se es bastante maduro, suficientemente serio, auténticamente responsable, es mejor estar restringido pero con una seguridad, que no ponerse en peligro por no preveer las consecuencias.
La libertad comporta unas exigencias para las cuales no todos están preparados, por eso estamos inmersos en un contexto donde forzosamente no se pueden hacer locuras por el riesgo que pueden ocasionar.

jueves, 19 de diciembre de 2013

VIGILANCIA

Vigilar es una necesidad de prevención. Los animales movidos por el instinto captan señales que les permiten pasar al ataque o a la defensiva. Nosotros, como humanos, utilizamos más la parte mental, nos apoyamos en el discernimiento para efectuar los pasos oportunos que nos aporten seguridad.
La mayoria enfoca la vigilancia únicamente a los movimientos corporales, pero la vigilancia empieza en el interior. Las impresiones las recibimos del exterior impactando en nosotros, y según lo encajamos expresaremos a continuación una determinada actitud.
Hemos de estar atentos a los movimientos que se producen en nosotros, observar si nos calman o alteran, si nos hacen sentir bien o mal, si es un enfoque egoista o altruista. Como sea la base será la acción, por lo tanto si el origen es armónico así será lo acontecido, pero si la raiz tiene connotaciones conflictivas, el resultado tambien lo será.
De la abstracción a la concreción. Primero se produce un pensamiento, a continuación una fase intermedia que sospesa si lo queremos o no, si nos gusta o no, si nos conviene o no, y una vez decidimos, la acción ha de concretar en hechos.
Vigilar pide concentración, agilidad en decidir, en moverse oportunamente. Lo que nos rodea ejerce una función, esto limita el espacio, y en los vacíos es donde hemos de encajar con otras personas, animales, objetos, etc.
Cuando nos metemos en problemas, del tipo que sean, es consecuencia de no haber vigilado debidamente lo que pensábamos, lo que sentíamos y lo que hacíamos con las connotaciones que acaban reportando. Esto nos ha de servir de aviso, revisar la causa y ver donde hemos fallado.
Los peligros pueden aparecer en cualquier momento, de la manera más insospechada, bien por los propios movimientos o por factores externos, vigilar es fundamental para preservar la integridad. Y exactamente lo mismo trasladado a pensamientos y sentimientos, si dejamos que entre suciedad, las experiencias estaran también en consonancia a lo almacenado internamente.
Mucha gente no toma conciencia de lo que dice, de lo que hace, de lo que desencadena a continuación, de aquí el ambiente caótico y las constantes polémicas.
Ya se dice en las Escrituras " vigilad, porque el diablo, como un león rugiente, está dispuesto a devoraros "
En la vertiente interna hemos de vigilar, donde podemos estar en peligro, pues si no hay atención podemos ser devorados.

lunes, 9 de diciembre de 2013

SUBIR LA EXIGENCIA

Nunca hemos de estar conformes en el nivel conseguido porque desconocemos hasta donde podemos llegar y las inmensas recompensas que supone.
Si de verdad queremos bienestar y condiciones satisfactorias,  se han de abarcar retos mayores, pues mantener pide un esfuerzo, y mejorar requiere una porción extra.
La exigencia no se focaliza solo en una o dos áreas, si queremos rodearnos de calidad hemos de tener claro que es en todos los ámbitos. Desde dentro hemos de instalar la claridad, la capacidad de comprensión, la amplitud de miras, el discernimiento como base de las acciones a planificar y concretar, y esto significa saber efectuar conexiones, entre nosotros y el resto, las pretensiones particulares con las de quien entramos en contacto.
Disponer de elementos cualitativos externos permite vivir con más confort, pero estos seran insuficientes si no estan en consonancia con una calidad interior expresada en nuestras manifestaciones.
La exigencia consiste en hacerlo mejor, fijarse propósitos de mayor envergadura, ya que el estancamiento es no ir a ninguna parte, y si no vamos a ningún lado vivimos por inercia sin desarrollar el potencial.
Limitados a la búsqueda de recursos para subsistir, se establece un conformismo generalizado renunciando al descubrimiento de las facultades latentes, cubriendo el expediente de subsistencia sin experimentar la trascendencia, que da sentido, substancia y objetivo más allá de acceder a bienes materiales.
Anhelo, deseo de querer ser más de lo que somos, de hacer más de lo que hacemos, no en el aspecto laboral en primer término, sino como ser. Esto ha de brotar desde dentro, solo depende de nosotros, y si no arraiga naturalmente por las inquietudes, no será posible la movilización que implica a continuación.
La auto exigencia es quien puede catapultarnos a un progreso contínuo, sin esta estamos condenados a un simple deambular insulso donde no será posible desarrollarnos ámpliamente ni acceder a las expresiones más óptimas que faciliten experiencias más enriquecedoras y satisfactorias.