domingo, 16 de octubre de 2016

AUTO EXIGENCIA

¿ El nivel de auto exigencia es alto, medio, bajo o inexistente en nosotros ? ¿ Qué consideramos necesario exigir ? ¿ Tendemos más a la exigencia o la indulgencia ? ¿ Porqué a menudo somos más exigentes con otros y más condescendentes con nosotros ?
La exigencia ha de tener como objetivo hacerlo bien, mejorar, introducir calidad, superarse. El desarrollo en cualquier área ha de llevar implícitamente un grado de exigencia, pues aprendizaje más esfuerzo, es lo que aporta resultados, y que estos sean más óptimos pide que vayan acompañados de exigencia, en definitiva disciplina y perseverancia.
No tenemos derecho a exigir maneras impecables a otras personas si nuestra actitud es laxa con expresiones mediocres. Si queremos pulcritud del exterior hacia nosotros, los primeros a crearla hemos de ser justamente nosotros.
La exigencia es como una cuerda en tensión. La cuerda floja no hará servicio, pero el exceso de tensión la puede romper, y esto significa encontrar la medida óptima entre poco y mucho que sirva al fin deseado.
Hay personas indolentes y voluntariosas, conformistas y inconformistas, líderes y seguidores. Para cada uno el término exigencia es relativo de acuerdo al propio carácter, gustos, aptitudes y aspiraciones. La diferencia entre la gente de éxito y la que no, a parte del talento que es básico, es la exigencia de introducir un refinamiento constante en lo que se hace.
La exigencia es un hecho natural. De pequeños se nos va educando gradualmente, primero somos muy tolerantes por la inmadurez y inconciencia de la infancia, y a medida crecemos en años, ciertos consentimientos anteriores ya no se pueden mantener, pasando a pedir responsabilidades, lo que supone exigir unas maneras de comportamiento respetuoso y armónico.
Sin exigencia no haríamos nada, no habría ambición para renovarnos, para introducir nuevas vertientes con mejores prestaciones. Querer más, ser mejor, ha de estar siempre presente, haciéndose extensible en todos los ámbitos, saber alimentarse, introducir métodos cada vez más saludables, estar en forma mental y física, instruirse constantemente ampliando las facultades sin límites, substituir déficits por superávits, vicios por virtudes.
Según la exigencia, acoplada a las habilidades y recursos dinamizadores, nos dotaremos de las prestaciones que nos acompañarán. La calidad o ausencia de ella en lo que nos rodea depende estrechamente de la exigencia aplicada en cada caso.

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