sábado, 12 de noviembre de 2016

CLARIFICAR

Ver claro, tenerlo claro, es determinante para que la idea y la acción reporten el provecho implícito perseguido de los movimientos surgidos mentales o físicos.
El primer factor indispensable es cultivar en nosotros la pureza, pues es la base de lo que a continuación hemos de manifestar. El fuego y el agua son elementos depuradores respecto a deseos y sentimientos, puntos esenciales, poniéndonos en marcha bien por deseos o por sentimientos.
Desde un inicio, durante el trayecto y hasta la ejecución final, hemos de saber efectuar los pasos oportunos, entre el comienzo y la conclusión la visión ha de ser lo más nítida posible, acoplándonos a los imprevistos y a situaciones externas, que dependen de la claridad.
Acierto o error es una cuestión de precisión, de sintonizarse, y para ser preciso y saber sintonizarse se ha de tener claro el acoplamiento entre la acción a realizar y el objetivo, que supone un conocimiento indispensable y un dominio de los instrumentos a utilizar.
Entre lo conocido y lo desconocido, lo realizado y lo pendiente, es el campo de pruebas para clarificar si vamos por el buen camino. Cada nuevo dia es una página en blanco, disponiendo de los recursos de lo ya conocido para encarar lo desconocido, que han de servir para una planificación cuidadosa en aquello que queremos obtener.
Contínuamente hemos de clarificar la situación del momento, las impresiones, sensaciones, descifrar los mensajes de lo experimentado. Ubicarse en el lugar correcto de la manera correcta es una constante, y esto pide una capacidad de clarificar.
En un proceso en construcción sólo vemos lo que se ha desarrollado hasta el presente, y de acuerdo a lo acontecido podemos determinar lo que se ha debido enmendar y lo que se ha hecho bien, y con el soporte del conocimiento, aptitudes y recursos, efectuar una y otra vez los movimientos precisos que conduzcan a la culminación de lo pretendido.
Clarificar el qué, como, cuando, tanto en lo habitual como en lo ocasional, ha de ampliar el campo de visión para saber distinguir lo oportuno de lo inoportuno, lo conveniente de lo inconveniente, velando en todo momento para introducir las condiciones idóneas que reviertan en beneficio, corrección en las formas y armonía.

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