¿ Que los hechos no suceden como desearíamos ? No pasa nada, invertimos el orden y hacemos un guion a medida para continuar saliendonos con la nuestra utilizando todo tipo de argucias, pasando desde la manipulación, a la tergiversación, las mil y una trampas, y sobretodo muchas muchas mentiras, que a base de repetirlas hasta la extenuación han de colar como verdades.
Estos aprendices de serie B se piensan que la población no les ve el latón ? ¿ Que somos pardillos ?
Lo más molesto es que en la contaminada sociedad que nos rodea, se impone la fuerza a la inteligencia, la oscuridad a la claridad, los intereses de la élite a la mayoría, la suciedad a la limpieza.
Al igual que Sodoma y Gomorra, donde los malvados campaban a sus sus anchas libremente y gente de bien tenía las de perder, solo han cambiado los decorados y la vestimenta, conservando el fondo con las mismas intenciones.
Se trata de inventar notícias falsas, que por cierto, se descubren en seguida. Los agredidos se han de hacer pasar por agresores en defensa de la causa. Los culpables, con pruebas irrefutables, se convierten en inocentes. Y así ir fabulando inventando relatos ajustándolos a los mezquinos intereses de fondo que son el detonante de las constantes transgresiones.
Ellos pueden ser autoritarios, imponerse a la fuerza, y cuando simplemente te defiendes para poder vivir dignamente en tu territorio, entonces eres un supremacista, mientras ellos pueden hacer y deshacer a su antojo con rebuscados argumentos que obligan a acatar decretos y normas en todos los ámbitos.
La defensa abrandada de unos privilegios materiales hace aflorar las expresiones humanas más miserables, No vale la pena lo poco que ganan por lo mucho que pierden espiritualmente. El instinto depredador nubla la capacidad de discernimiento, y moviéndose por instintos no puede sallir nada de bueno a la larga por más que se crean impunes eternamente. La justicia cósmica va pasando cuentas, y tarde o temprano cada uno ha de responder por lo hecho abonando la factura que le corresponda.