domingo, 27 de octubre de 2019

LA PRIMARIEDAD : FRACASO DE LA HUMANIDAD

El fracaso de la humanidad es fijarse objetivos de deseos personales materiales que generen unos contra otros por la falta de conciencia que impide percatarse de los planteamientos erróneos y de las consecuencias negativas que se derivan.
Estamos aquí en este plano para descifrar la función individual dirigida a implantar pulcritud y armonía, y las formas ignorantes crean separación, conflictos y entorpecimiento.
¿ Qué constatamos diariamente ? Una mayoría indefensa maltratada por un poder imperante que en vez de velar por el pueblo lo tiene inmerso en múltiples dificultades en según que casos, y en otros cuando cree que puede tambalearse el status quo, pasa directamente a prohibiciones, amenazas, agresiones y encarecelar disidentes, utilizando todos los mecanismos a su alcance a base de manipular, falsear, con perversiones imaginables y inimaginables con tal de satisfacer unas bajas pasiones de dominio, control y subyugación en la pretensión de unos fines miserables.
El enfoque materialista ha permitido instaurar unas herramientas y condiciones que faciliten el trabajo y aporten comodidad. Y el desequilibrio entre tener y ser mantiene desconectados a la mayoría de su centro y del verdadero propòsito. Pendientes de lo volátil perdemos lo sólido. Persiguiendo lo efímero perdemos lo eterno. De aquí se originan todas las tensiones y discordias.
Pasan años, siglos, cambian las vestimentas y los instrumentos de uso, pero si no cambiamos en la esencia interna seguimos cometiendo las mismas atrocidades de antaño.
Estamos atrapados por el establishment que actua como unos gangsters faltos de escrúpulos, donde ellos pueden hacer todo tipo de juego sucio, de trampas, saltándose códigos éticos y morales quedando impunes. Mientras el ciudadano de a pie está indefenso y en peligro aunque no cometa ninguna infracción.
¿ De qué sirve estar rodeado de aparatos sofisticados cuando el comportamiento no difiere del de la edad media inmersos en precariedades diversas en un ambiente de malestar y atenazados de pies y manos para revertir el orden establecido ?
La degradación de formas deriva de la pobreza espiritual que hace estar ciego, sordo y mudo. Y con los sentidos inhabilitados la incapacidad se manifiesta en las acciones que empeoran sin freno el contexto actual sin expectativas de mejora mientras la brutalidad siga imponiéndose a la sensatez.

domingo, 13 de octubre de 2019

ENTRE EL CONFORMISMO Y EL INCONFORMISMO

¿ En qué nos hemos de conformar ? ¿ Por qué ? ¿ En qué hemos de ser inconformes ? ¿ Por qué ? Conformarse es aceptar lo existente. Inconformarse es querer cambiar lo existente.
Las limitaciones y dependencias fuerzan a conformarse con una serie de condiciones que por más que queramos modificar no tenemos la capacidad de hacerlo.
Nos podemos conformar voluntariamente o por fuerza. Si tenemos capacidad para escoger o no. Conformarse es sinónimo de suficiente, estar de acuerdo, aceptar ciertas condiciones si no podemos incidir en modificarlas. Inconformarse tiene un fondo implícito de mejora, en caso contrario nos conformaríamos.
Nos hemos de conformar con la supervisión individual que tiene cada uno a efectos de cumplir nuestra función individual en el colectivo de acuerdo a las propias habilidadees, a las correcciones a enmendar en el lugar, tiempo, relaciones y circunstancias peculiares. Pero hemos de ser inconformes en acomodarnos a un simple ir haciendo que impide evolucionar.
Nos podemos conformar en cuestiones materiales si disponemos de lo necesario que reporte una determinada calidad. En cambio, siempre hemos de anhelar conseguir un desarrollo espiritual constante, pues aquí es donde radica el por qué de todo lo que sucede.
En lo limitado y transitorio nos hemos de conformar nos guste o no, ya que no está en nuestras manos modelar el escenaro, los actores y la durabilidad.. Es en lo ilimitado y eterno donde debemos ser incoformistas, en los bienes intangibles que son la base de apoyo donde nacen las ideas, los pensamientos y los deseos que canalizamos posteriormente en acciones en el entorno circundante concreto.
Cuanto más incrementamos el nivel de conciencia, más sabremos las medidas óptimas de donde hemos de conformarnos y donde no. El entrenamiento es constante, debiendo acoplarnos a los cambios para incrementar o disminiuir la inclinación en un sentido o en otro según se vayan produciendo los resultados.
Mantener o cambiar. Prudencia o riesgo. Estancarse o progresar. Estos dilemas siempre estarán presentes, y la cuestión será saber decidir hacia donde nos decantamos.