En el universo nada queda en el olvido, todo se graba en el registro akáshico desde tiempos inmemoriales. Esto nos indica que desde lo más insignificante a lo más relevante es importante. Esto debería hacer aflorar en nosotros una prudencia inmensa antes de decir o hacer según qué por las consecuencias posteriores. Es la inconciencia y la ignorancia quien nos hace ser temerarios. Solo hace falta comprobar el dia a dia para constatar como de unos temas de bajo calado acaba desembocando en autenticas barbaridades.
Tenemos libre albedrío antes de ejecutar una acción o pronunciar una palabras. Una vez expresadas o movilizadas, ya no es posible hacer marcha atrás como tampoco lo es volver el agua donde estaba si se han abierto las compuertas que la retenían.
Los atracadores, estafadores, asesinos, pueden estar tranquilos antes de actuar, pero una vez los hechos se han desencadenado la tranquilidad se ha terminado.
Si aquellos que quieren delinquir saben perfectamente a que se exponen ¿ vale la pena arriesgar la vida o coartandola en la prisión ?
Se dice que es un espíritu de locura que se instala en la persona la que impulsa a transgredir, y es cierto si comparamos lo poco que se puede ganar temporalmente y lo mucho a perder a largo plazo, es sin duda producto de un desequilibrio.
En cuestión de segundos se puede pasar de la normalidad a una pesadilla, todo por un impulso y unos deseos perjudiciales.
Somos responsables de lo que hacemos. Lo manifestado tiene consecuencias y se han de asumir, y sabiendolo hemos de pensar muy bien qué decimos y qué hacemos por que dejará huella, y esto afectará positivamente o negativamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario