domingo, 12 de junio de 2022

ESTALLIDOS EMOCIONALES : no gusta lo que dicen o hacen otros

Es lamentable observar los episodios habituales de rabietas por tonterias. Lo más irrelevante se eleva a gran ofensa para quien lo recibe, y así en cualquier ámbito, no solo en los constantes episodios políticos esperpénticos, tambien en las relaciones familiares, de pareja, de amistad o con quien sea.                          La etapa infantil vinculada a la Luna rige las emociones.Cuando somos pequeños todo lo queremos deprisa, de forma egoista y a nuestro gusto, pero hemos de tener en cuenta la dependencia, la inconciencia y la inmaduez que lo rodea. A medida se incrementa la edad tambien lo ha de hacer el conocimiento y la responsabilidad, y estas reacciones de la primera fase vital no pueden mantenerse indefinidamente con el paso del tiempo.                                                                                                                                                Estamos capacitados para lograr un desarrollo mucho mayor de lo que conseguimos, y si no es así no es a causa de tal o cual cosa, de este o del otro, es por el auto centrismo egoico incapaz de una visión de largo alcance que facilite el encaje entre las pretensiones personales y las colectivas para que desemboque en un beneficio recíproco. Es un reflejo de sociedad inmadura las reacciones propias y ajenas cada vez que no se produce lo que nosotros deseamos. Pretender que los demás digan o hagan a nuestro gusto es más bien una actitud dictatorial. Y desgraciadamente todos los problemas de relación tienen origen en esta postura egoica inmadura.                                                                                                                                             Los deseos se vinculan al cuerpo astral, ubicado entre el cuerpo físico y el cuerpo mental. Si los deseos forman parte de la naturaleza inferior nos focalizaremos en nuestros intereses desentendiendonos del bien común, y las consecuencias seran las que conocemos sobradamente en forma de disputas, peleas, polémicas y un fuerte malestar. Si los deseos provienen de la naturaleza superior, la parte mental nos indicará la postura idónea a adoptar para que el enfoque, el desenlace y el resultado desemboquen en una armonía entre lo particular y lo colectivo. Para lograr este nivel hemos de trascender el infantilismo que hace reaccionar airadamente perpetuando las disonancias de todo tipo, y convertirse en auténticos adultos no solo por edad, sino por comportamiento propiciado por la visión de conjunto pensando en lo que sea mejor en cada contexto  y no en la gratificación personal.

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