Nuestros recursos consisten en bienes y conocimientos que primero han sido de otros y que nos han traspasado generalmente por medio de intercambios. Al nacer el único bien que tenemos es el cuerpo físico, y a medida pasa el tiempo nos hemos de dotar de conocimientos con el objetivo de obtener unos bienes. Las carencias suponen dependencia, pero aquí es donde radica la clave de superación. Estamos aquí para una mejora expresiva constante de todo lo manifestado, y es preciso el propio esfuerzo y la contribución de otros en el mantenimiento y desarrollo. Lo que antes era ignorancia y ahora es conocimiento ha sido un traspaso. Lo que no teníamos y ahora si es otro traspaso. No se trata de acumular por acumular, sino de incrementar la calidad en todo lo exteriorizado en los pensamientos, sentimientos y acciones. Talentos y bienes son para compartir. El mejor maestro sin alumnos no puede ejercer su función, y lo mismo en cualquier ocupación, ofrecer unos servicios efectuando transacciones con aquellos interesados en estos servicios. Cuando la gente dice " tengo " o lo " mio " significa que disponemos de unos préstamos transitorios y unas condiciones determinadas para un fin. El tengo o lo mio es para diferenciar lo asignado a cada uno en las respectivas supervisiones individuales y la tarea a realizar. A lo largo de los años accederemos a los conocimientos precisos a adquirir, y en cada época los bienes oportunos de acuerdo a como se desarrolle el particular proceso evolutivo. Todo aquello que no se puede retener no es nuestro. Las experiencias y el aprendizaje vivido en primera persona que arraiga en en lo más profundo y nadie nos lo puede quitar, esto si es nuestro. De los constantes intercambios de bienes y conocimientos, solo queda lo esencial, lo importante para dotar de sentido los esfuerzos, las relaciones y los procesos, y hemos de estar atentos para constatarlo y saborearlo.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
domingo, 25 de septiembre de 2022
TRASPASOS DE BIENES Y CONOCIMIENTOS
domingo, 11 de septiembre de 2022
DESAPEGO Y SENSIBILIDAD
Desapego es observar y valorar desde una óptica mental. Sensibilidad es observar y valorar desde una óptica afectiva.. Pueden parecer posturas alejadas, pero todo radica en función del fondo, pues en el desapego hay un componente de sensibilidad para no sufrir emocionalmente, y la sensibilidad necesita un cierto desapego para ver con claridad. El desapego sirve para coger distancia entre nosotros y el medio según relaciones y circunstancias cuando no se puede incidir en los hechos, y lo práctico es preservar la salud y el bienestar. La sensibilidad es una muestra de empatía, sentirse cercano, y requiere la medida oportuna para no padecer inutilmente. El desapego no tiene expectativas que surgen de los deseos del ego que quiere unos resultados a medida. No espera nada concreto ni de otros ni de acontecimientos, y el resultado o desenlace le deja indiferente. Observar desde una vertiente mental permite coger distancia, y si sabemos ver en perspectiva facilita adoptar la postura pertinente ahorrandose los desencadenantes de reacciones emotivas. Habrá situaciones donde es mejor mostrarse desapegado y otras sensible. El equilibrio es fundamental, para nosotros própiamente y en el impacto externo según procedamos. El peligro de ser demasiado distante o frio puede alejar la calidez en los contactos. Dilucidar donde, cuando y como ser desapegado o sensible depende de la situación, si incide directamente o no y en la armonía entre lo pensado y sentido sabremos cual es la postura a adoptar. La sensibilidad supone una conexión con otros, con el medio circundante, y muestra una valoración, una importancia, por que si fuera al revés no se desvelaría la sensibilidad. Ante tantos episodios dramáticos donde no es posibloe intervenir directamente para modificarlos, el desapego es sentido práctico. En un contexto de cambio constante a título personal y socialmente, con un margen de maniobra muy reducido, no podemos quedar enganchados a lo que queríamos y no es, y esto es válido tanto para el desapego como para la sensibilidad.