Resignación supone que tenemos un objetivo delineado y cuando nos ponemos en movimiento para concretarlo, unas circunstancias fuera de nuestro control impiden conseguirlo. La resignación nos muestra en diversas ocasiones que una cosa es lo que queremos y la otra lo que se puede. Es la forma más eficaz para domesticar el ego y reforzar la humildad. Aceptar lo que no se puede cambiar. Constantemente suceden hechos donde somos impotentes para evitar el curso de los acontecimientos, donde lo único que se puede hacer es tomar nota para que las pérdidas o lo nocivo nos sirvan de referente para más adelante. Por gusto o por fuerza es como podemos responder. De acuerdo sin resistirse ni otorgar demasiada importancia. Por fuerza por no poder afrontar el contexto. Resignación es impotencia ante los hechos. El deseo era uno y el resultado es otro. Tambien nos sirve para no confiar en exceso en el proceso que va del inicio al final, sobretodo si depende de la colaboración externa de otros o situaciones imprevistas lejos de nuestro alcance de maniobra. A veces tal vez es bueno no conseguir lo que queremos por las consecuencias posteriores. Hemos de tener claro el objetivo y posibles desencadenantes. Aparcar el propósito temporalmente si el contexto no es favorable, y insistir más adelante cuando las condiciones puedan reportar más posibilidades. Todos vivimos episodios donde nos resignamos. Los anhelos personales suponen exteriorización y dependen del medio, de aptitudes, de nuestro carácter y lo que sea más conveniente. Resignarse supone no haber culminado o no haber obtenido el resultado que se pretendía. Y si no se ha materializado es sencillamente por que no era para nosotros. Aceptar desenlaces con paz refuerza la madurez. De las muchas cosas que nos gustaría obtener de una manera determinada, al final lo hace de acuerdo a lo necesario a cada momento tanto en lo individual como en lo colectivo. Si no conseguimos todas las pretensiones rápidamente sin obstáculos ni oposiciones, seria muy perjudicial para el propio individuo y los que pudieran salpicar con el desenlace. Para aprender, para ampliar la conciencia, hemos de encajar contínuamente con otros y el medio, y las ocasiones que no se producen de acuerdo a lo deseado, son grandes oportunidades para enfocarnos en lo conveniente desvelandolo el fondo de lo acontecido a fin de verter la energia en vias más oportunas.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
miércoles, 30 de agosto de 2023
RESIGNACIÓN
sábado, 12 de agosto de 2023
ABRIRSE A, CERRARSE A
Abrirse puede indicar iniciar, cerrar puede indicar acabar. ¿ A qué nos queremos abrir ? ¿ A qué nos queremos cerrar ? En ocasiones abrirse tiene connotaciones favorables, y otras no de acuerdo al contexto y a lo que puede ocasionar. Y lo mismo pasa con cerrarse, en ocasiones es aconsejable, y en según cuales no. Nos hemos de abrir a lo que pueda representar una mejora, a posibles ganancias saludables, a expandir horizontes, a probar nuevas maneras que amplien las posibilidades actuales.Y al revés en cuanto a cerrar, en aquello que nos ponga en peligro, que desemboque en pérdidas, que comporte enfermedades, a deterioros. Abrirse es sinónimo de exteriorizar, cerrar de interiorizar. Hemos de estar abiertos a incrementar nuestro potencial constantemente, y con el discernimiento saber cuando no conviene abrirse a según qué donde la experiencia puede ser más perjudicial que ventajosa. La interiorización es fundamental para desvelar lo que nos impulsa a decir, a hacer o a lo que queremos y donde nos conduce. Por la mañana cuando nos levantamos encaramos un nuevo dia, empieza la exteriorización, el contacto social, la ejecución de actividades. Por la noche, retirados en casa, después de cumplir las obligaciones, es el tiempo idóneo para la introspección, donde es más aconsejable revisar el comportamiento diario para elucidar posibles aciertos o errores y como mejorarlos. Abrirnos a determinadas relaciones y cerrarnos a otras. Los diversos cambios de época, de amistades, de ocupaciones, supone un abrir y cerrar. Los inicios supusieron abrirse, y los finales cerrar. Con los años cambian los gustos, los criterios, los valores, y esto implica abrirse a ciertas cuestiones en un tiempo determinado, y posteriormente cerrarse. Aquellas actividades relevantes, amistades relevantes que parecían encajar tan bien con nosotros, de golpe desaparecen y se ven substituidas por otras tendencias y otros contactos que marcan nuevas etapas. Todo forma parte del proceso de cada uno, algunos estancados y otros renovandose, dependiendo del carácter y las inquietudes de los implicados. Lo que estuvo bien en un periodo para abrirse, de acuerdo al desarrollo posterior y objetivos después es mejor cerrarse. Y lo que había permanecido inconsciente o desconocido en un tiempo empieza a formar parte de lo que valoramos abriendonos a experimentar lo que se adecua a las caracteristicas del momento. Saber abrirnos a o cerrarnos a, es el reto que nos acompaña cada dia para escoger lo más conveniente.