Estamos el 100 % del tiempo con nosotros mismos, y la presencia o compañía de otros solo es a ratos. Esto indica que las relaciones son ocasionales, por este motivo hemos de saber por qué las queremos o necesitamos. ¿ Qué puede aportar determinada persona que tenga más valor de lo que podemos ejecutar por cuenta própia ? Allí donde no llegamos requerimos la contribución ajena para conseguir un propósito. Las interacciones son indispensables para cubrir carencias, y estas acostumbran a ser breves, es un acercarse y distanciarse de acuerdo a los intereses de fondo. Para nuestra formación y crecimiento todos necesitamos el puntal familiar. No obstante, a medida adquirimos independencia de movimientos para decidir y actuar responsablemente por cuenta propia ¿ por qué queremos limitar, condicionar y restringir los movimientos que podemos efectuar sin ataduras por la presencia asidua de alguien ? ¿ Quien se pregunta en profundidad sobre el por qué se quiere tener pareja o hijos ? ¿ Si ni en los asuntos personales y en el comportamiento social no nos mostramos con la debida corrección, como pensamos encajar dos entidades diferenciadas con sus respectivas áreas a mejorar en un vículo en la búsqueda de armonía ? Imaginación, ilusión, desvanecida al constatar que la aportación de ambos no adquiere el nivel indispensable para sentirse satisfecho en lo transmitido mutuamente. Conversaciones, recursos y actividades es lo que compartimos. El listón de estos es alto, medio o bajo ? ¿ Si no es alto, vale la pena hipotecarse por una compañía esporádica ? Si no hay una visión en perspectiva, un conocimiento extenso del otro, qué podemos esperar del vínculo más exigente de todos los que puede haber ? Una inercia más. Solo podemos transmitir nuestra singularidad con virtudes y defectos, y si lo que prevalece es la mediocridad la dificultad de acoplamiento será notoria donde los intercambios estaran llenos de disonancias. Dependemos de terceros para contraprestaciones específicas, pero no condicionan la organización, el espacio y las decisiones diarias. La presencia habitual de alguien solo será lo que sea capaz de ofrecer, en lo que guste o moleste, no podemos esperar recibir lo que no se está dotado para dar. Esto es lo que ha de quedar claro. La finalidad de una pareja es elevarse por lo que aprendemos y enseñamos uno a otro, pero si no hay la madurez indispensable ni descifraremos los mensajes ni los podremos aprovechar para pulirnos y que la relación cumpla su finalidad. La estima solo no es suficiente, la consistencia de la relación es un conjunto de factores dirigidos a un refinamiento progresivo en las expresiones. La trampa de los afectos es dejarse llevar por emociones sin sintonizar todos los frentes que entran en escena.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
viernes, 12 de abril de 2024
LAS TRAMPAS DE LOS AFECTOS ( I )
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