Como en muchas otras polaridades, tambien hay dos maneras de comportarse : correcta o incorrecta.
La corrección es lo que ha de prevalecer conforme a unas disposiciones de civilidad. En cualquier área siempre se va a la búsqueda de pulcritud, pues si no se obra de acuerdo a los parámetros considerados correctos, nos exponemos a unas consecuencias negativas.
Todos sabemos, seamos más o menos conscientes, que estamos sometidos a unas normas de conducta. La cuestión es : porqué si es de dominio público tanta gente actúa con negligencia en tantos y tantos ámbitos ?
La incorrección puede expresarse en una gran variedad, de palabra u obra, pero aquella " aparente satisfacción momentánea " del agresor, de una forma u otra acaba en vacío, pérdidas y otras más de acuerdo al contexto.
Hay quien se cree importante por el hecho de tener algo explícito, tratando mal a otras personas si cree que son menos. Y justamente, de acuerdo a como nos mostramos evidenciaremos si hay clase o se está falto de ella.
La corrección es tener cuidado de los detalles, desde el más pequeño al más grande. El pensamiento es el orígen, la semilla, y necesita alimentarse debidamente para que las ideas se proyecten con claridad y armonía.
Si las semillas contienen inteligencia, consideración y respeto, el resultado será positivo. En cambio, si desde un inicio la capacidad de discernimiento es errónea, pendientes solo de los propios deseos, con una expresión indigna, tarde o temprano las acciones desembocaran en problemas.
Las formas pulcras son aliados, las chapuceras son como enemigos. Lo correcto es lo que se ha de cultivar si queremos fluidez y un buen funcionamiento allí donde nos enfoquemos.
Quien procede con educación, es amable, se muestra atento, agradecido, genera el ambiente idóneo para el intercambio. Si por el contrario falta lo mencionado, la cordialidad será impensable por la falta cívica de lo más elemental.
Aprendemos de la gente lo que se ha de hacer y lo que no se ha de hacer. Unos enseñan a potenciar ciertas formas, y los otros a evitarlas por su nocividad. Ambas sirven para el crecimiento, unas en lo que hemos de incrementar, y otras en lo que hemos de eliminar.
Quien es torpe, impulsado por la malícia y la ignorancia, puede conseguir algun rédito momentáneamente, pero las buenas maneras se acaban imponiendo por la lógica con contundencia.
Si queremos que nuestros asuntos funcionen, vayan por buen camino, hemos de saber que pautas hemos de enraizar para dar la expresión óptima. Lo expresado, nos indica con claridad si hemos afinado o errado, constatándolo con evidencias. Se trata pues de ser hábil para que los movimientos a realizar sean cada vez más precisos reportando resultados más favorables.
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