miércoles, 29 de enero de 2014

COHERENCIA

¿ Está realmente en consonancia lo que decimos con lo que hacemos ? ¿ Decimos una cosa y hacemos otra diferente ? ¿ Porquè se contradice lo dicho y lo hecho ? Los motivos pueden ser diversos : irreflexión, intereses en algún sentido, precipitación, falta de claridad, y sobretodo desequilibrio entre la parte interna y externa.
Es un hecho habitual constatar incoherencias, en las personas más cercanas, en el ámbito laboral, en personas que ocupan cargos relevantes, y esto genera una mala imagen, pérdida de credibilidad y desconfianza; ¿ pues como se puede confiar en alguien que dice blanco y despues muestra negro a la hora de actuar ?
¿ Piensan realmente el significado de las palabras ? ¿ La incidencia de éstas ? ¿ Las consecuencias del desencaje entre lo pronunciado y lo expresado ?
Aparentar, querer ser lo que no se es, generar una impresión falsa con un fin oculto, siempre hay un motivo de base que ha de clarificar la disonancia entre decir y hacer, y a menudo, en un ambiente frívolo, superficial, ni el mismo protagonista sabe realmente que le empuja a comportarse de esta manera.
La incoherencia es una desconexión, es como querere conectar un hilo, un aparato, en un lugar equivocado, y evidentemente no funciona. La coherencia es sintonizar los diversos elementos presentes acoplándolos correctamente para su propósito y buen uso.
Ir evidenciando incoherencias provoca desconfianza, falta de credibilidad, mala imagen, valoración a la baja, distancia, evitar tratos cercanos por el peligro de salir perjudicado. Es un mal negocio ser incoherente, la gente se aleja, y el implicado en cuestión en vez de extraer beneficios lo que recoge son pérdidas.
¿ Qué falla en el trayecto ? La falta de encaje refleja un desequilibrio entre lo que se quiere hacer creer a otros y la acción realizada, y los detonantes que impulsan a comportarse así son múltiples.
Cuando somos coherentes hay armonia, y esta se transmite al exterior. En las incoherencias hay confusión, dudas y sospechas sobre una parte turbia escondida pero evidente a través de las contradicciones.

domingo, 19 de enero de 2014

REACCIONAR O RESISTIR ( II )

Si reaccionamos a los eventos externos por el comportamiento de otros o circunstancias, nos convertimos en efecto de lo que pasa. Si resistimos observando en perspectiva, preparando la mejor opción por lo que se ha generado, entonces estaremos fabricando la causa al planificar y decidir nosotros que queremos y que es más conveniente.
Reaccionar es quedar atrapado en algo desagradable creado por terceros o bien por alguna acción personal que no sale como querríamos. Resistir es aceptar unos hechos procurando extraer una ventaja.
Los motivos que nos empujan a reaccionar son diversos, sea por descontento, por esperar unas expectativas diferentes, por valorar según que con un resultado por debajo de lo deseado.
Resentimiento por expresiones o la conducta de alguien  Orgullo de acuerdo a la auto importancia y el trato recibido por otros. Venganza si la sensación es haber sido agredidos, perjudicados, con afán de justicia para satisfacer emociones primarias.
Reaccionar es mostrar enojo, expesándonos con palabras o formas agrias porque se han encajado mal palabras o formas de otros que de alguna manera no consentimos. Reaccionar es una expresión del ego : que me dicen, que me hacen a mi, que se han pensado, que se han creído.
Resistir es señal de madurez, de tranquilidad, de mirar en perspectiva, de no ver a los demás como los malos, sino como medios proporcionadores de apertura, de oportunidades para introducir ajustes más cuidados.
En aquello que es inútil porque es imposible entenderse con el interlocutor, retirarse es lo más conveniente.
Esperar a rehacer deterioros solo vale la pena si hay voluntad en ambas partes, capacidad de escuchar, no querer imponer por fuerza los propios criterios, si no lo que sea equitativo pensando en el bien común.
Lo que es inviable, donde no hay entendimiento, ni confianza, que es perjudicial, se ha de dejar para dirigir la energia en relaciones y condiciones apropiadas.
Chillar, insultar, mostrarse ofendido, indica que se está enfadado porque no se produce lo que deseamos como nos gustaría, y de alguna manera es un poco infantil responder en estos términos.
Mantener la calma, el comportamiento educado, es quien marca la diferencia entre alguien que se hace cargo de la situación sin alterarse. Perder los papeles es verse superado por los acontecimientos, respondiendo instintivamente sin lógica ni con buen criterio.

jueves, 9 de enero de 2014

REACCIONAR O RESISTIR ( I )

Asiduamente se van presentando situaciones tensas, donde no se trata de molestarnos cada vez por que nos desagraden. Cuando se rompe la armonia a raiz de un acontecimiento y sus consecuencias, cuando alguien perturba la tranquilidad con palabras o acciones inadecuadas, no nos hemos de dejar absorber por las circunstancias, ya que la respuesta emocional puede estar exenta de la claridad indispensable, y en vez de solventar empeorar lo existente.
Según el propio carácter, el particular código de valores, muchas cosas pueden ser desagradables, pero esto no radica en el interlocutor y sus emisiones, más bien es la impresión recibida y lo que remueve en nosotros. Se pueden cometer acciones realmente punibles, expresiones duras sintiéndonos atacados, pero detrás de los hechos hay un motivo para que se introduzca un contexto diferente, o bien mediante revulsivos sacamos unas conclusiones para modificar algunas pautas.
Los otros son intermediarios para potenciar nuestro desarrollo, y a pesar de experimentar fricciones y polémicas, éstas solo son envoltorios de unas posibilidades de ampliar la conciencia mejorando la actitud.
Los que parecen enemigos en realidad son amigos disfrazados, la diferencia es que nos fuerzan a movilizar el fondo de reserva guardado para emergencias, y gracias a ellos podemos superar obstáculos y fortalecernos si lo sabemos afrontar.con firmeza.
Demasiada tranquilidad no permite crecer, es necesario de tanto en tanto nuevos desafíos para acceder a niveles más altos. Y lo que al principio es pesado, que supone un handicap, si resistimos las molestias iniciales y esperamos a responder con el tono y momento oportuno, entonces lo que parecía negativo se convierte en positivo. Lo malo es que la mayoría en seguida se siente ofendida, replicando heridos sin dar tiempo suficiente a la lógica en la búsqueda de soluciones conciliadoras.
Si reaccionamos irreflexivamente el fuego se incrementa y el conflicto se alarga. Si resistimos sin vernos o sentirnos víctimas, podremos descifrar el mensaje de lo que se ha dicho o se ha hecho para encontrar vías esclarecedoras que conduzcan a la adopción de posturas más útiles respecto a nosotros y sobretodo la manera de tratar con dignidad y corrección al prójimo aunque ellos no hagan lo mismo con nosotros.