Preservar la limpieza interna y externa exige una atención continua en todos los movimientos por su incidencia. Si no estamos concentrados, si somos indulgentes en ciertos deseos, con una baja voluntad, el peligro aumenta segun la situación y la influencia.
Hemos de buscar una y otra vez sintonizarnos con lo puro, introducirlo en nosotros para que impregne todos los ámbitos en forma de amplitud y bondad de pensamiento y sentimiento expresándolo en las acciones.
El ambiente, las relaciones, lo que recibimos del exterior nos influencia a veces notoriamente y otras con sutileza, y si no estamos centrados, acompañados de la fortaleza indispensable para no quedar afectados, estaremos en peligro de ser contaminados por la suciedad ajena. Una vez se introduce en nosotros la nocividad la hemos de afrontar inmediatamente, de lo contrario la bola se va engrandeciendo con las graves consecuencias que se pueden desencadenar en forma de enfermedades, crisis y problemas diversos.
El equilibrio permanente no es posible por que la vida es movimiento, y estamos sometidos a unos biorritmos cíclicos. El fin a perseguir es la estabilidad, donde podemos experimentar todo tipo de situaciones sin alterarnos gracias a la claridad, la paz interior y la certeza de que todo acontecimiento siempre tiene un motivo para aportar mensajes y oportunidades que solo aprovecharemos si lo sabemos descifrar disponiendo de un discernimiento correcto forjado en nosotros.
La limpiea siempre reporta ventajas, debiendo extenderse más allá de las limitaciones egoistas reduccionistas que nos permitirá ver las cosas con la extensión indispensable y movernos con eficacia.
Si pedimos con fervor ser guiados por entidades elevadas, poco a poco la luminosidad se incrementará en todos los rincones de nuestra vida dotándola de la pureza que nos proporcionará los movimientos precisos y acertados a cada instante. Esto tan solo es o será posible si préviamente hemos desarrollado suficientemente la conciencia, pues la inconciencia es quien nos hace caer en la suciedad al no ver las consecuencias del abandono o de la maldad.
Este blog no pretende emular a los grandes pensadores clásicos, sino sólo unas breves exposiciones que puedan llegar a todo tipo de personas.
martes, 29 de abril de 2014
sábado, 19 de abril de 2014
SUCIEDAD - LIMPIEZA ( I )
La suciedad o limpieza es uno de los factores clarificadores para mostrar el estado actual de utensilios o personas y la intervención a efectuar destinada a extraer el mejor provecho.
Lo puro o impuro es la intención, lo que se pretende. La pureza es elevarse internamente para captar elementos más sutiles para transmitirlos a otros.
Cualquier contacto, cualquier intercambio, si se fundamenta en la satisfacción egoica comporta impurezas si no hay un objetivo espiritual. La purificación en ambos sentidos se puede producir al pensar en ayudar y preocuparse por el soporte que queeremos ofrecer a quien lo pueda necesitar.
Hemos de observar de donde provienen los planteamientos, si lo hacen desde el ego o desde el alma. Si son desde el ego en algun punto habrá suciedad. Si son desde el alma la limpieza es el impulso y el objetivo, y el resultado es una tranquilidad estable.
Limpieza es claridad, comprensión. Suciedad es oscuridad, la necesidad de cambios para instaurar lo apropiado. Limpieza es para conservar, la suciedad para transformar en limpio.
Los contrastes sirven de indicadores para saber hacia donde conviene decantarse, modificando actitudes corrigiendo lo oportuno si el caso lo requiere.
La limpieza comporta beneficios, la suciedad comporta pérdidas. Limpieza es lo que siempre se ha de buscar, potenciar y reforzar. La suciedad precisa atención para eliminarla en nosotros o en el exterior.
La limpieza corporal y de los utensilios de uso son importantes, pero se ha de acompañar de la limpieza interior. Lo que emerge de dentro ha de ser puro para mostrarlo igual.
Si internamente hay suciedad y conflictos, estos se evidenciaran en lo externo. La limpieza superficial será como tener cuidado solo del envoltorio, no del producto que es donde está el valor.
La pureza es la base, sin esta no hay comprensión, y sin comprensión las acciones conducen al error.
Desde la infancia que es el inicio, se ha de cultivar y aprender la postura a adoptar en cada circunstancia, de ello depende el éxito o fracaso.
La suciedad puede ser por dejadez, por uso frecuente, por incidencia de elementos externos. En lo estrictamente personal la introducción de formas inferiores dentro nuestro que perturben el ámbitro de los pensamientos o sentimientos, erróneos, generaran malestar en uno mismo y hasta donde se expanda la influencia. Acciones perjudiciales no sincronizadas debidamente, maneras de pensar o sentir contraproducentes por deseos mal dirigidos.
Ensucia lo que perturba la paz, lo que rompe la armonia, son manchas a tratar con los limpiadores adecuados para recuperar el estado idóneo.
Lo puro o impuro es la intención, lo que se pretende. La pureza es elevarse internamente para captar elementos más sutiles para transmitirlos a otros.
Cualquier contacto, cualquier intercambio, si se fundamenta en la satisfacción egoica comporta impurezas si no hay un objetivo espiritual. La purificación en ambos sentidos se puede producir al pensar en ayudar y preocuparse por el soporte que queeremos ofrecer a quien lo pueda necesitar.
Hemos de observar de donde provienen los planteamientos, si lo hacen desde el ego o desde el alma. Si son desde el ego en algun punto habrá suciedad. Si son desde el alma la limpieza es el impulso y el objetivo, y el resultado es una tranquilidad estable.
Limpieza es claridad, comprensión. Suciedad es oscuridad, la necesidad de cambios para instaurar lo apropiado. Limpieza es para conservar, la suciedad para transformar en limpio.
Los contrastes sirven de indicadores para saber hacia donde conviene decantarse, modificando actitudes corrigiendo lo oportuno si el caso lo requiere.
La limpieza comporta beneficios, la suciedad comporta pérdidas. Limpieza es lo que siempre se ha de buscar, potenciar y reforzar. La suciedad precisa atención para eliminarla en nosotros o en el exterior.
La limpieza corporal y de los utensilios de uso son importantes, pero se ha de acompañar de la limpieza interior. Lo que emerge de dentro ha de ser puro para mostrarlo igual.
Si internamente hay suciedad y conflictos, estos se evidenciaran en lo externo. La limpieza superficial será como tener cuidado solo del envoltorio, no del producto que es donde está el valor.
La pureza es la base, sin esta no hay comprensión, y sin comprensión las acciones conducen al error.
Desde la infancia que es el inicio, se ha de cultivar y aprender la postura a adoptar en cada circunstancia, de ello depende el éxito o fracaso.
La suciedad puede ser por dejadez, por uso frecuente, por incidencia de elementos externos. En lo estrictamente personal la introducción de formas inferiores dentro nuestro que perturben el ámbitro de los pensamientos o sentimientos, erróneos, generaran malestar en uno mismo y hasta donde se expanda la influencia. Acciones perjudiciales no sincronizadas debidamente, maneras de pensar o sentir contraproducentes por deseos mal dirigidos.
Ensucia lo que perturba la paz, lo que rompe la armonia, son manchas a tratar con los limpiadores adecuados para recuperar el estado idóneo.
miércoles, 9 de abril de 2014
CÓDIGO DE VALORES
¿ Qué tiene valor ? ¿ Cuales son los parámetros para medirlo y decidirlo ? Los valores son subjetivos porque estan en función de cada uno, su singularidad, posición, recursos y muchos factores diferentes.
Todo puede tener valor y todo tambien no tenerlo, y escoger el listado de las cosas importantes es estrictamente personal, pues no nos podemos poner dentro de nadie más que no seamos nosotros.
Acostumbramos a magnificar ideas, posesiones, situaciones que consideramos idóneas, y después constatamos que nada de todo lo supuesto en el ámbito externo es la piedra filosofal. Por descontado que necesitamos preservar los bienes básicos de subsistencia, donde a parte de esto se debería indagar cada caso para dilucidar el valor contenido en aspectos concretos.
Alguien con muchos conocimientos no es el mismo que un analfabeto. Alguien muy rico no es igual que el muy pobre. Alguien con muy buena salud no se puede comparar con un enfermo. La evolución individual, formación, contexto de acción, son decisivos en los respectivos códigos de valores, pues las características y las circunstancias determinan las convicciones de lo que es valioso.
Hay valores tangibles y valores intangibles. Los que vemos como objetos materiales ofreciendo unas prestaciones, y los no vistos en la densidad que son evidenciados a través de palabras y hechos.
Los valores transitorios tienen un valor relativo, a menudo cubren una parcela, hacen un servicio temporal, y una vez agotado el potencial se reparan si es posible o se substituyen por otros en buenas condiciones.
Los valores personales son las cualidades adquiridas que nos facilitan los intercambios y nos proporcionan oportunidades en diversos estamentos.
Los valores colectivos es la suma de aportaciones particulares para el bien común, donde la dependencia necesita crear condiciones para la nutrición global.
Los materiales de uso, las variadas relaciones con sus numerosas singularidades y lo que damos y recibimos en las interacciones, son valores que nos ayudan a vivir en la edificación diaria.
El valor ha de sumar por el resultado que comporta. Si el supuesto valor implica pérdidas, peligros o malestar, no lo será si a continuación no extraemos un beneficio gracias a una expansión de conciencia y la modificación de factores obstructivos.
Los únicos valores indestructibles son los espirituales, siempre vigentes, siempre favorables, siempre con nosotros para generar paz, armonía y bienestar sin distinciones de ningun tipo.
Todo puede tener valor y todo tambien no tenerlo, y escoger el listado de las cosas importantes es estrictamente personal, pues no nos podemos poner dentro de nadie más que no seamos nosotros.
Acostumbramos a magnificar ideas, posesiones, situaciones que consideramos idóneas, y después constatamos que nada de todo lo supuesto en el ámbito externo es la piedra filosofal. Por descontado que necesitamos preservar los bienes básicos de subsistencia, donde a parte de esto se debería indagar cada caso para dilucidar el valor contenido en aspectos concretos.
Alguien con muchos conocimientos no es el mismo que un analfabeto. Alguien muy rico no es igual que el muy pobre. Alguien con muy buena salud no se puede comparar con un enfermo. La evolución individual, formación, contexto de acción, son decisivos en los respectivos códigos de valores, pues las características y las circunstancias determinan las convicciones de lo que es valioso.
Hay valores tangibles y valores intangibles. Los que vemos como objetos materiales ofreciendo unas prestaciones, y los no vistos en la densidad que son evidenciados a través de palabras y hechos.
Los valores transitorios tienen un valor relativo, a menudo cubren una parcela, hacen un servicio temporal, y una vez agotado el potencial se reparan si es posible o se substituyen por otros en buenas condiciones.
Los valores personales son las cualidades adquiridas que nos facilitan los intercambios y nos proporcionan oportunidades en diversos estamentos.
Los valores colectivos es la suma de aportaciones particulares para el bien común, donde la dependencia necesita crear condiciones para la nutrición global.
Los materiales de uso, las variadas relaciones con sus numerosas singularidades y lo que damos y recibimos en las interacciones, son valores que nos ayudan a vivir en la edificación diaria.
El valor ha de sumar por el resultado que comporta. Si el supuesto valor implica pérdidas, peligros o malestar, no lo será si a continuación no extraemos un beneficio gracias a una expansión de conciencia y la modificación de factores obstructivos.
Los únicos valores indestructibles son los espirituales, siempre vigentes, siempre favorables, siempre con nosotros para generar paz, armonía y bienestar sin distinciones de ningun tipo.
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