domingo, 29 de junio de 2014

¿ A QUIEN QUEREMOS SATISFACER ?

Sin deseo de algun tipo no hay movimiento, y este deseo puede tener muchas ramificaciones y direcciones, se trata de saber discernir si lo deseado es necesario, útil, favorable o bien prescindible o incluso perjudicial.
Nos deberíamos preguntar : ¿ A quien quiero satisfacer ? ¿ Al ego o al alma ? ¿ A otras personas porque las quiero, o a mis intereses particulares ?
Contínuamente se presentan situaciones donde hemos escoger, a veces con rapidez, otras no, unas de abasto inmediato y otras a largo plazo. Se trata de valorar pros y contras, tener claro que queremos y procurar que el camino acabe conduciendo a un resultado provechoso.
Preveer las consecuencias debería estar presente antes de emprender cualquier propósito, sabiendo que queremos, por qué motivo, y estar preparados para tratar la situación que nos acerque a las pretensiones.
¿ Por qué hay tanta gente insatisfecha ? Cuando no por una cosa por otra o varias al mismo tiempo, la cuestión es que se anhela una vida de bienestar, abundancia y armonia, y millones y millones experimentan justo lo contrario.
¿ Qué estamos haciendo para atraer malestar, pobreza y discordia ? Falta de visión clara, planteamientos  erróneos, pensar solo en uno mismo rompiendo la colaboración en equipo que proporciona la fuerza.
Queremos satisfacción y creamos insatisfacción porque no sabemos relacionarnos. No nos tratamos bien a nosotros, y por tanto tampoco lo hacemos con el prójimo, sin ser conscientes que el origen viene de lejos, está muy arraigado y somos incapaces de verlo y entenderlo.
La satisfacción es reconducirlo todo al centro logrando la estabilidad, y de aquí proyectarnos al exterior para que se genere una espécie de vasos comunicantes entre dentro y fuera, lo personal y colectivo.
Obnubilados en el yo, lo inmediato y mundano, no es posible conseguir verdadera satisfacción. Hemos de enfocarnos en algo más ámplio, más extenso, más allá de nuestros intereses exclusivos. Y a base de establecer conexiones, de tejer puentes de unidad, crearemos contínuamente situaciones de intercambios enriquecedores que darán sentido y la sensación de satisfacción nos acompañará indefinidamente.

jueves, 19 de junio de 2014

COSAS PENDIENTES

Siempre ha de haber alguna cosa pendiente en el trabajo de desarrollo personal, pues este es el objetivo de nuestra estancia terrenal. Estudiar, trabajar, relacionarse, son los medios para adquirir formación, preparándonos para actuar en el medio con la finalidad de aportar unas prestaciones que nos vayan propiciando los recursos precisos entre unos y otros.
Hemos venido a corregir carencias y expresiones torpes, a fin de crear el engranaje óptimo entre las diferentes individualidades y el colectivo. Procurarnos los bienes y medios de subsistencia es enfocarse en lo más básico, de lo que se trata a partir de aquí es saber que aptitudes tenemos y tambien que déficits, que función hemos de realizar y como hemos de adquirir el aprendizaje para afrontar el propósito vital.
Lo que es a nivel externo ha de ser a nivel interno. El estudio del circundante para movernos con autonomia, ha de tener su correspondencia dentro nuestro descubriendo los motivos que impulsan a ser y hacer de una determinada manera.
El trabajo que es la via de enlace para inserirnos socialmente, ha de enfocarse en la introspección que permita conectar con el núcleo de nuestras singularidades y como canalizarlos en la expresión.
Las relaciones es donde radica el detonante de todo. Cualquier movimiento implica la colaboración de componentes diversos, indicándonos que las relaciones estan presentes en todo. Nosotros, desde la inconciencia y la habitual visión egoica, no valoramos ni mucho menos el impacto de lo que decimos o dicen, de lo que hacemos o hacen, dejando una impronta mucho mayor de lo que podemos imaginar.
Desde el reino inanimado pasando por toda la cadena evolutiva, contínuamente vamos influenciando el entorno, y es aquí donde nuestro interés principal ha de verter nuestros esfuerzos para generar armonía mediante una concienciación creciente de nosotros y como hemos de transmitir lo apropiado en cada contexto y ocasión.
Conflictos, problemas, dificultades, son el exponente constante de que no hacemos las cosas correctamente, y mientras los obstáculos sigan sin resolverse, no podemos dedicar la atención a otros asuntos al estar atascados.
Los defectos. impurezas y imperfecciones, es lo que hemos de transformar para liberarnos de las obstrucciones y crear condiciones más favorables al discernir debidamente y actuar con responsabilidad.

lunes, 9 de junio de 2014

RAPIDEZ - LENTITUD

Rapidez como sinónimo de agilidad, eficacia, progreso. Lentitud expresando lo opuesto a rapidez.
La rapidez es buena cuando el resultado conseguido es favorable. La lentitud es buena a través de la observación, la reflexión y las pruebas oportunas para obtener al final del proceso una aportación satisfactoria.
La rapidez en si no es garantia de éxito si no se acompaña de los movimientos ajustados dentro de un contexto y las condiciones precisas.
La lentitud en si no es mala a no ser que desemboque en accidentes, pérdidas o estorbe a terceras personas.
La rapidez la hemos de aprovechar en lo externo, la lentitud en lo interno. Lentitud en elaborar planes para verlo con la máxima amplitud, y rapidez en la claridad que enlace pensamiento y acción.
Generalmente rapidez supone habilidad, dominio, seriedad, responsabilidad. La lentitud de ideas y movimientos es lo que obstruye la calidad de lo que hacemos o pretendemos.
Los inventos que van substituyendo utensilios anteriores, estan diseñados para ser más rápidos y con mejores prestaciones. Lentitud se asocia a lo ya usado, antiguo, que no puede rendir plenamente, y solo se valora cuando la maduración de un tema o de un producto, acaba reportando un beneficio.
La rapidez es para encarar lo inmediato, la lentitud para lo que ha de perdurar en el tiempo. Hay ocasiones que requieren ser rápido y otras lento, lo importante es saber encontrar el ritmo adecuado en cada caso.
La rapidez no ha de suponer precipitación, pues la prisa mal dirigida puede comportar problemas.
La lentitud no ha de ser una reflexión desmesurada por precaución ni un inmobilismo por miedo a no arriesgarse.
Como en tantos ámbitos encontrar el equilibrio es el reto, y esto dependerá de un conjunto de factores en nosotros donde hayamos instaurado la estabilidad entre lo interno y lo externo, entre nosotros y el resto, entre los valores primordiales y secundarios. Se trata de que tanto la rapidez como la lentitud nos resporten lo óptimo donde transcurra la acción.