Disponemos de autonomia de movimientos, pero dentro de unos parámetros. Podemos acceder a unos recursos, pero solo en cantidades mesuradas respecto a la totalidad. Establecemos relaciones, pero solo en una proporción reducida. De una forma u otra hemos de concentrarnos en parcelas pequeñas que podamos abastecer, y dentro de estos límites hemos de ser hábiles en lograr el grado óptimo de libertad que permita actuar sin trabas.
Estamos condicionados por múltiples factores, donde tan solo una parte depende de la propia voluntad, y es aquí donde hemos de centrar la atención, para que los esfuerzos y las decisiones nos conduzcan a la resolución más adecuada.
Quien más quien menos se encuentra en situaciones de acoplamiento complicado con otras personas. Las diferencias de criterio dificultan a menudo entenderse, y lo que podria resolverse fácilmente puede alargarse indefinidamente.
Cuando se produce un bloqueo está obstruyendo el libre fluir, limitando movimientos que impiden instaurar un contexto más satisfactorio. Por desgracia, la indispensable y suficiente falta de entendimiento es el origen de los conflictos, que pueden ser transitorios o indefinidos.
La falta de visión o visión incorrecta, elabora unos planteamientos habitualmente centrados en el ego, y a partir de aquí todo lo imaginable y inimaginable se puede desencadenar. Crear problemas de la nada es frecuente cuando el grado de inconciencia es notorio y la desconsideración hacia otros está arraigada con fuerza. Se producen crisis absurdas sin sentido por la incapacidad de discernir con claridad, y en consecuencia las acciones introducen el caos.
Los miedos, la inmadurez, mantienen vínculos improductivos, no atreviendose a emanciparse, a romper las cadenas de unas relaciones que tal vez reporten un respaldo o seguridad económica, a costa de limitarse y poder experimentar otras variantes. Unos pequeños intereses privan de acceder a situaciones y condiciones donde expresarnos con más libertad y posibilidades más ámplias.
Egoismo, inconciencia, falta de lógica, confusión mental, covardia, son factores altamente entorpecedores para el emisor de tales manifestaciones y para aquellos que se ven afectados a través de contactos, obstaculizando enormemente las relaciones y las temáticas de fondo.
Romper estas limitaciones pide ir a los términos opuestos : mirar por otros, incrementar la conciencia, claridad de ideas y valentía. Si forman parte de nosotros, la proporción de libertad será directamente proporcional al buen uso de estas virtudes.
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