jueves, 30 de noviembre de 2017

INTERÉS VS. SENSIBILIDAD ( II )

De una forma u otra el hecho de moverse comporta algún tipo de interés, la cuestión es observar que lo impulsa y la finalidad.
Es lógico querer incrementar los conocimientos, la mejora de condiciones, disponer de más recursos. Se trata de saber qué haremos a continuación una vez obtengamos lo pretendido. El objetivo del deseo de querer más, a donde nos conducirá y el beneficio que se supone ha de comportar.
Hay ambiciones nobles y ambiciones innobles, el procedimiento y los resultados con que se vea involucrado en el trayecto, determinan uno u otro. ¿ Lo proyectado y acciones posteriores muestran virtudes o defectos ? ¿ Un trato considerado o indigno ? ¿ Prevalece la verdad o la mentira ? ¿ Hasta donde somos capaces de llegar con tal de satisfacer los intereses ?
¿ De verdad que gozan intensamente estas corporaciones que ganan miles de millones a costa de unos usuarios que viven muchos de ellos bajo mínimos y otros precariamente ? Las riquezas obtenidas con medios deshonestos estan manchadas, y en el plano material nada puede garantizar la seguridad de preservarlas. Además, lo ganado con un trasfondo de suciedad, comporta pérdidas en algún u otro sentido.
En realidad aquellos que se esclavizan en la persecución de bienes mundanos son prisioneros de los mismos. Pueden ser ricos en materia, pero si lo único que los mueve es esto, son pobres espiritualmente, olvidando el sentido y el objetivo de su presencia terrenal.
Creyéndose hábiles y astutos por las múltiples ganancias, lo que son es ignorantes, donde todos los esfuerzos y posesiones se perderán sin haber realizado el trabajo de corrección que es lo importante y lo que puede otorgar verdaderas riquezas.
Cuantas miserias humanas en el trato, en las maneras detrás de grandes fortunas. Lo que creen es un beneficio es un maleficio que en su momento la justicia cósmica les pasará factura en la forma que crea pertinente.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

INTERÉS VS. SENSIBILIDAD ( I )

El instinto de supervivencia impregna en nosotros el interés por adquirir recursos que faciliten la manutención y unas condiciones cómodas. Es lícito y normal que busquemos los métodos, caminos y medios para preservar la subsistencia.
El deseo de recibir es un hecho natural, y para obtener lo que no tenemos o incrementar bienes de algún tipo, hemos de establecer conexiones. Y es aquí donde se nos pone a prueba para equilibrar en cada interacción si los propósitos perseguidios nos hacen actuar con ecuanimidad, consideración y dignidad potenciales proveedores.
Todo el caos que observamos en el mundo, sea por un motivo u otro, es consecuencia de un interés mal enfocado. Cuando los intereses de un país, de un banco, de una multinacional, de unos polñiticos, desembocan en un maltrato ciudadano, está evidenciando la degradación humana al tratar las personas como simples sujetos útiles para sus fines sin importarles en absoluto las consecuencias de los actos ni las condiciones precarias de aquellos que se aprovechan.
Los preceptos espirituales dicen : cuando somos incapaces de sentir el dolor de otros o apreciarlos, no es posible ir más allá de un estadio primario.
Cuantas personas de entre nosotros somos realmente de poner en práctica el " quiere al prójimo como a ti mismo " o el todavía más difícil por no decir casi imposible " antepone las necesidades de los demás a las tuyas ".
Toda esta acumulación salvaje de dinero, las riquezas materiales desbordantes de una minoría que explota una mayoría, el uso y abuso del poder establecido con todo tipo de trampas, al final quedará diluido en la nada, ya que este no es el objetivo de vida.
La insensibilidad hacia otros los desconecta de estos, pero tambien de ellos mismos al perseguir erróneamente unos intereses que tarde o temprano no le serviran habiendo perdido además la oportunidad de tejer puentes para el bien común que es en realidad el interés que debería buscar constantemente.
Las ganancias obtenidas con malas maneras oscurecen el alma del individuo hundiendolo en una oscuridad creciente que lo aleja de la auténtica riqueza y auténtico fin.
Si en el interés pretendido no hay sensibilidad en la ecuación, tal interés en lugar de sumar resta, y en vez de ser un beneficio es una pérdida.