viernes, 26 de mayo de 2023

¿ PARA QUÉ QUEREMOS ATADURAS ? ( II )

El punto esencial para que un nexo reporte provecho es el encaje. Lo comprobamos en el interior de un reloj, en un circuito, o la llave y la puerta. Cada uno tiene una singualaridad, no encontraremos a nadie exactamente igual manifestandose en todo como nosotros, por tanto en las diferencias radica el esfuerzo si pretendemos conjuntar las aportaciones de cada parte. Si queremos intercambios fluidos hemos de indagar el propio carácter para saber donde se encuentran los puntos fuertes y los débiles a efectos de proceder adecuadamente en cada relación y contexto que permita la postura más ajustada para los objetivos perseguidos. Siempre ha de haber un interés que empuje  a salir de nosotros y tejer puentes de proximidad con alguien. ¿ Qué buscamos ? ¿ Qué queremos exactamente ? ¿ Qué puede proporcionarnos el otro que própiamente no podemos ? ¿ Y nosotros qué podemos ofrecer en el intercambio ? Para efectuar un planteamiento idóneo el auto conocimiento cuanto más ámplio sea mejor puede ser el resultado favorable en el objetivo. Si no sabemos definir por qué somos así ni distinguir si vamos bien encaminados o no, acoplarse con alguien tendrá pocas posibilidades de prosperar. Desgraciadamente es lo constatado una y otra vez.                                                                                                                                                            De forma inconsciente adquirimos ataduras por alguna característica que nos gusta, retrotrayendose a un margen muy estrecho respecto al conjunto, y una vez inmersos en la aventura del compromiso, el dia a dia nos desvela la ilusión con " el lote " de cada uno, el paquete completo de lo que somos, aflorando las desavenencias, tensiones y malestar, y aquello que parecía tan bonito nos hace aterrizar de golpe.               La sensación de bienestar no la hemos de esperar del exterior de una sola persona con sus impurezas y carencias, por que los bienes más preciados son intangibles, y la paz, el silencio, la tranquilidad y recogimiento provienen del propio interior.                                                                                                     ¿ Qué progreso real han experimentado parejas después de varias décadas de convivencia, individualmente o en común ? ¿ Hemos descifrado lo que teníamos que aprender, pulir, enmendar a través del otro para mejorar nuestras expresiones ? ¿ De las imaginaciones prévias de supuesta satisfacción, qué porcentaje se ha evidenciado ? ¿ Cuantas veces hemos pensado deshacer el vínculo por aburrimiento, estancamiento y sin un propósito que justifique la continuidad ?                                                                    Es el cómputo de varios factores lo que impide la fusión y el progreso de los intercambios. La superficialidad que impregna la relación priva de experimentar calidad, y si además añadimos la parte egoista y una inmadurez considerable, no es posible lograr la finalidad que ha de aportar el encaje de dos identidades diferenciadas trabajando unitariamente.

viernes, 12 de mayo de 2023

¿ PARA QUÉ QUEREMOS ATADURAS ? ( I )

¿ Para qué queremos cambios ? Para mejorar lo existente substituyendolo por otra cosa. ¿ Para qué queremos ataduras ? Para establecer unas condiciones más satisfactorias no conseguidas antes de atarse. Este es un planteamiento coherente, y en toda modificación significativa se debe observar el contexto y prestaciones que ofrece estar desvinculado de obligaciones condicionantes, y las restricciones de movilidad, tiempo, espacio y recursos que comporta adquirir una ligazón habitual o de convivencia diaria. La idiosincracia de la persona y anhelos pueden decantar hacia la interiorización o exteriorización. Si es hacia la interiorización, sin duda la presencia constante de alguien es un obstáculo para disponer de los espacios de silencio, paz y recogimiento para la práctica de ejercicios, instrucción y reflexión. Vivir en pareja requiere el máximo acoplamiento, un encaje que empieza a nivel mental con similitud de ideas, emocionalidad complementaria que genere proximidad, y propósitos en una dirección parecida. Todos los factores conduciendo a la unión, por que en definitiva se trata de esto.                                                           ¿ Qué observamos a menudo ? Personas atraidas por el físico, por una singularidad, algun talento, que cautiva al inicio, y a medida pasa el tiempo y se van descubriendo características y sobretodo carencias, el entusiasmo inicial decae si no hay una solidez que lo pueda sostener.                                                            Todo radica en palabras y acciones. Lo que se dice, lo que se hace, el tono, las maneras, nos inclinaran hacia lo que gusta o desagrada. La cuestión de fondo es : ¿ qué gusta de ciertas palabras o acciones para quedar prendado y a partir de aquí pensar en atarse con esta persona ? Teniendo en cuenta la mediocridad social imperante, la sobrevaloración hace más especial, más valuoso al otro donde seguramente es una exageración, pero al estar faltos de poca gente remarcable la más mínima cosa que parece despuntar nos parece sensacional.                                                                                                                                          Los vacíos que no sabemos llenar por nosotros mismos desconectados de nuestro centro pendientes de la periferia y con la creencia de que desde fuera una sola persona específica con sus déficits, egoismo y frecuente inmadurez nos llenaran, es engañarse con fantasías irreales.                                                           De forma inconsciente queremos atarnos a alguien por que en el fondo sabemos que estaremos puestos a prueba, y que el vínculo deparará las experiencias y situaciones precisas para un aprendizaje destinado a enmendarnos y someter al ego para ser capaces de dar y compartir. Pero esto solo será posible con la conciencia desvelada y con el deseo de perfeccionar nuestras expresiones y conducta, si no hay esta motivación, entonces compartiremos conversaciones, dinero, tal vez actividades, pero sin un propósito definido de crecimiento, el enlace no nos hará mejores ni la supuesta satisfacción se producirá como la imaginábamos.                                                                                                                                                  ¿ Ataduras para ir donde, para hacer qué ? ¿ Para perpetuar rutinas y aburrimiento, o para asumir retos que empujen al esfuerzo para expandir el potencial individual y en común ? Limitarnos para un trabajo de desarrollo, o bien tener una compañçia a horas que hipoteca la vida.