miércoles, 29 de junio de 2011

EL COMPORTAMIENTO COTIDIANO

El dia a dia supone enfrentarse a numerosas dualidades donde cada cual de acuerdo a su evolución, carácter, proceder y condiciones tiene las suyas.
Nos debatemos entre una opción u otra, donde ambas pueden servirnos segun el caso, y a veces perjudicarnos. Una parte puede favorecer y la contraria ser desfavorable, de entrada, pero deberemos ver el proceso hasta donde nos lleva.
Hay muchos aspectos de doble tendencia : verdad/mentira, conocimiento/ignorancia, pobreza/riqueza. Es una espécie de tener o no tener. La vertiente facilitadora es tener, comportarse de acuerdo a unas pautas para generar lo idóneo. La vertiente obstaculizadora es no tener, lo que es inadecuado, que puede ser perjudicial.
La mayoria vive atrapada en la inercia para cubrir lo más elemental, y así no se pueden forjar altas aspiraciones, solo ir haciendo ya se considera mucho. Es bastante desolador comprobar este panorama cuando estamos rodeados de riquezas, que nunca abarcaremos plenamente, que podriamos generar unas relaciones dotadas de alicientes, y en cambio prevalecen encuentros faltos de auténtico interés.
Tenemos una inmensidad a nuestro abasto y en muchos casos vivimos en la indigencia. Superficialidad general, poca efusividad, demostraciones afectivas a un bajo nivel, con un estilo de vida deficiente teniendo en cuenta los medios y información a nuestro alcance. Podriamos gozar de una gran calidad en todos los sentidos, pero no somos capaces de introducirla.
La prueba es pasar de una vida insulsa, limitada, de simple manutención física, a una vida con contenido, que vaya más allá de lo inmediato y transitorio.
Si no mejoran las condiciones es por confomismo, por no creer en los cambios, en nuestras capacidades, y al no arriesgar para experimentar transformaciones notorias, seguimos inmersos en la rutina habitual  sin atractivos remarcables ni objetivos que nos hagan esforzar a fondo.
El tiempo va pasando, y al cabo de los años, si no hemos dinamizado de verdad los talentos latentes en algo edificante, constatamos que en realidad hemos hecho muy poco para avanzar.
Aquello que nos limita, restringe, ha de ser como un motor impulsor para los esfuerzos de superación a fin de ir más lejos de donde nos encontramos. Si todo lo tuvieramos al abasto, no haria falta luchar, nos acomodariamos y se acabaria el progreso. Lo que no funciona, lo no apropiado, es un impedimento, que se convierte en oportunidad a condición de trabajar firmes en transmutarlo.
No hemos de pedir lo que es fácil, pues a menudo esto frena los recursos expresivos. El aliciente que permite crecer es encarar retos de mayor envergadura, y hemos de ser valientes confiando en nuestras posibilidades ejecutoras.
En la cotidianeidad diaria se forja la existencia, dependiendo de la tonalidad que imprimamos que sea llena de expectativas, o sencillamente cubrir el expediente.

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