Vivimos en una dualidad constante que forma parte de una unidad. Toda creación implica una doble vertiente : la idea como elemento emisor, y la plasmación como receptor. La unión de dos principios activo y pasivo que trabajan juntos para que los propósitos adquieran dirección y forma.
El movimiento continuo supone moverse en lo transitorio, pero los valores donde nos apoyamos son eternos. Así experimentamos ambos, lo eterno como referencia, y lo transitorio donde se desarrolla la trama.
La naturaleza nos enseña la dualidad en la unidad. Al dia le sigue la noche, pero forman parte de un dia completo. Hay un proceso de crecimiento y uno menguante, como la misma Luna nos lo muestra, pero siempre con una periodicidad eterna.
Anhelamos la durabilidad como sinónimo de calidad, de disfrute, de resistente, y la jornada se efectúa en los cambios. Y además es necesario renovarnos, pasar de una epoca a otra con más capacidades, sustituir utensilios antiguos que han aportado un servicio durante un tiempo, dando paso a otros con más prestaciones evidenciando el afán de progreso que es el impulso y el sentido práctico de los esfuerzos.
Inhalamos y exhalamos, pero la respiración es una. En el intercambio damos y recibimos. El lenguaje ha creado palabras para identificar posiciones respecto a tal cosa o tal persona. Así se dice entrar y salir, pero cuando entramos en algún lugar supone que estamos saliendo de otro, y cuando salimos entramos. Cambia la ubicación pero experimentamos las dos facetas en una. Ir y volver, de un punto de inicio a un punto de retorno, pero lo que nombramos como " volver " tambien es un " ir ", solo adquiere el significado de volver como una identificación geográfica.
Lo transitorio forma parte de lo eterno, pues el movimiento que es vida es quien lo hace, y el reciclaje es una de las pruebas más evidentes. Despues de cumplir su función pasa a otra para que realice una nueva utilidad.
Nos alimentamos, ingerimos liquidos varias veces al dia, pero al cabo de poco tiempo los eliminamos porque si no se produciría un colapso. Nosotros mantenemos las constantes vitales en una dinámica que no cambia, lo unico que cambia es la temporalidad de lo que se precisa para preservar las bases.
Hay un momento para la acción y uno para el descanso, ponemos y sacamos, donde la dualidad es indispensable como factor primordial que nos moviliza incesantemente a la búsqueda de un equilibrio que nunca se estabiliza ni lo ha de hacer, pues al igual que el fuego y el corazón siempre estan en movimiento, tambien hemos de realizar este movimiento contínuo en lo realizado diariamente. Tenemos como referentes los principios eternos que nos sostienen aplicándolos en las siempre cambiantes circunstancias para que en la dualidad seamos capaces de operar desde la unidad.
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