¿ Por qué desde siempre ha habido conflictos de relaciones ? Por que cada uno desde su posición individual, con sus singularidades, visión, opinión, creencias, intereses y el nivel evolutivo, está convencido que el o ella son los poseedores de la verdad, de como son y se han de hacer las cosas. Y como es obvio, si todos somos diferentes, y unos están más avanzados que otros, es imposible la coincidencia de criterios. Para saber quien va bien encaminado y quien está equivocado, debe verse la temática de fondo, su incidencia y el resultado. Si el planteamiento se hace pensando solo en si mismo o teniendo en cuenta los demás, si hay dignidad en el trato, si responde a unas directrices globales o hay un trasfondo egoista. Muchas cosas a plantear, pero sea cual sea el contexto, la finalidad es generar armonía, pues si no es así significaría que alguna cosa se hace mal.
A través de las relaciones tenemos oportunidades constantes para desvelar la conciencia, sobre nosotros, el prójimo, el entorno que vamos creando. A menudo se presentan pruebas camufladas que hemos de descifrar, que solo sabremos verlas si estamos capacitados para observar con amplitud, sobreponiéndonos al ego, porque lo importante es seguir ampliando horizontes siempre con las oportunidades que ofrecen. Pero a menudo, el malestar por los hechos acontecidos pueden más que el potencial que teníamos al abasto y desaprovechamos una y otra vez por que las cosas las queremos a nuestra manera. Este ha sido y es el gran pecado humano, imponer nuestros criterios, nuestros deseos, aunque lo conseguido solo sean menudencias y lo perdido por el camino sea mucho mayor.
Los otros son unos maestros contínuos, se lo piensen o no, a condición de una atención constante a lo que dicen, lo que hacen y su repercusión, de lo contrario el aprendizaje será inviable.
Se trata de lograr el equilibrio, una cuestión de medidas entre lo poco y el mucho, lo rápido y lo lento, acercarse o distanciarse. Cada caso requiere un trato especial, según el momento, circunstancias, estado de ánimo, prioridades, pero si en nosotros impera la estabilidad sabremos decidir lo más idóneo en todo instante.
Las polémicas, lo que no funciona, es un desajuste, por tanto, si queremos que las cosas funcionen, lo que hace falta es encontrar los caminos que lleven a un ajuste, y donde primero se ha de hacer es en nosotros individualmente, pues como estamos es lo que transmitimos. Si estamos centrados, vemos con claridad, y el propósito es noble, entonces se pueden crear las condiciones para intercambios óptimos, y si es justo lo contrario, será lo que generaremos.
Para llegar al grado de madurez en el pensar, sentir y hacer, primero hemos de quererlo con ganas, trabajando duro diariamente para que cualquier movimiento por insignificante que pueda parecer esté dirigido desde la sabiduría en la visión y desde el amor en la ejecución.
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