sábado, 18 de febrero de 2012

AMOR Y SABIDURIA ( V )

Los dilemas, dificultades, requieren la aportación de sabiduría y amor para transformarlas y adquirir calidad y sensación de plenitud.
La sabiduría contiene elementos para la libertad, es una fuente de recursos que se ha de adquirir a base de establecer conexiones para entender el funcionamiento.
El amor brota desde dentro y se quiere expresar fuera; la sabiduría es nutrirse uno mismo. El amor es darse a los otros. La sabiduría es acumular, necesita del amor para que todo lo aprendido sirva para una finalidad práctica a través de relaciones. El amor necesita de la sabiduría para que lo transmitido contenga las mejores vibraciones y aportaciones.
La sabiduría indaga fuera para hacer entrar dentro, y después lo almacenado lo ha de plasmar fuera para su propio beneficio y el de la sociedad.
Sabiduría es responsabilidad, es haber destapado lo oculto, sacar oscuridad substituyéndolo por luz a fin de acercarnos progresivamente al propósito de nuestra función individual en el colectivo. Romper inercias y visiones reducidas para dotar las acciones de significado.
Sin sabiduría y sin amor la vida es vacía, sin valor, y ambos son bienes inmateriales. La sabiduría observa en la periferia para llevarla al interior. El amor emerge en el centro y se quiere mostrar en la periferia.
La sabiduría es el fruto de unos precedentes confirmados por comprobaciones, evidenciar lo evidente que el ignorante no sabe ver. El objetivo es servirnos de los conocimientos para mejorar las cosas en nosotros y el mundo. La sabiduría muestra el camino, el amor es el camino.
Cuando expulsamos los pensamientos, sentimientos y deseos inferiores, nos abrimos a la claridad,  a partir de este momento vemos y sabemos. La conciencia determina el resultado de las acciones. A mayor capacidad de visión, de comprensión, más posibilidades de acierto y la recompensa que comporta. Si queremos bienestar en sus múltiples expresiones, es indispensable adquririr sabiduría, porque si no la conseguimos tampoco crearemos las condiciones idóneas que deseamos. Conectar con lo invisible, contrastarlo con el visible, extraer conclusiones y adecuar las acciones de acuerdo a las nuevas expresiones de conciencia.
La sabiduría es la causa, el amor el efecto. Si no hay sabiduría tampoco habrá amor. La calidad latente se manifiesta con pruebas. Buenos materiales manipulados por entendidos crearan buenos productos que nos gustaran. Materiales inferiores manipulados por mediocres solo pueden generar resultados en consonancia a lo que son.
La sabiduría es ver a través de la acción que hace emerger la abstracción en concreción. La función de la sabiduría es ser un servidor, de lo contrario sería inutil. Se pone al servicio del amor (el deseo continuo de generar situaciones satisfactorias). Sin deseo no habría acción, y sin acción no haría falta conocimiento.
La sabiduría precede al amor, es el potencial latente que se moviliza cuando el amor quiere conseguir o acceder a algún objetivo. La sabiduría es neutra, puede ser pasiva o activa, dependerá del contexto y el código de valores.
Sabiduría y amor son inmateriales, forman parte de la eternidad y el infinito, siempre pueden incrementarse ambas expresiones, y cuanto más lo hacemos más sensación de plenitud.
Somos individuos en construcción permanente, donde los referentes de donde estábamos y donde estamos es la guía para las nuevas edificaciones. Las herramientas son la sabiduría, el amor es el trabajo.

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