domingo, 6 de mayo de 2012

SATISFACCIÓN - INSATISFACCIÓN ( III )

Buscamos la satisfacción en factores temporales porque no sabemos encontrar la satisfacción duradera, volviendo enseguida a la insatisfacción precisamente porque lo buscamos en lo transitorio.
Acostumbrados a mirar lo más inmediato, externo, mundano, mucha gente está convencida que si tiene esto o aquello, se sentirá satisfecha. Y sin duda disponer de bienes materiales diversos no es malo, permite unos recursos, una determinada calidad, pero no son una finalidad en ellos mismos, tan solo un medio.
Si vamos a la búsqueda de sentirnos satisfechos con una estabilidad, no hemos de depender de cosas ni personas que ahora estan y despues no. La periferia es para intercambiar, donde se realiza el trabajo, pero todo es como un préstamo que va y viene, nada es de nuestra propiedad exclusiva. Ni familia, ni hijos, ni pareja, los identificamos como "mios" para distinguirlos en relación a otros, pero somos libres. Su función no es proporcionarnos satisfacción, pueden ser un soporte, pero si son mas cercanos en cuanto a vínculo es para un aprendizaje que permita ensanchar horizontes.
Como humanos siempre estamos esperando gestos de todos, que sean más atentos, comprensivos, generosos, justos, serviciales, etc, y justamente si anhelamos recibir todo esto primero lo hemos de cultivar y desarrollar en nosotros mismos transmitiéndolo en nuestras relaciones. Ahora bien, al no mostrar estos atributos debido al habitual egocentrismo generalizado, damos de forma escasa y tambien recibimos en proporciones similares. La cosa es clara, o aumentamos primero la calidad de lo expresado en nosotros, o los intercambios persistiran en el mismo nivel de pobreza.
Comer, beber, juego, vida de lujos, son como bengalas lanzadas al aire, el efecto dura un instante, y al hacerse pensando únicamente en uno mismo, despues del estallido inicial viene el vacío.
No estamos aqui para perseguir quimeras, estamos aqui para descubrir quienes somos, que hemos venido a hacer y comprometernos a realizarlo. Y esto implica acoplar continuamente los objetivos personales con los del colectivo, y solo será viable con una apertura gradual de conciencia, facilitando el cambio de planteamiento que nos enfoca en querer recibir egoistamente por el anhelo de compartir, de dar; pues todo lo que ahora tenemos es consecuencia de multitud de intercambios.
El vacío es no tener, no ser. La plenitud es tener y ser, y en el camino para lograr este tener ha de aumentar el ser a través de movilizar las facultades de forma pertinente.
Si tenemos y somos es porque hemos sabido proceder con acierto en las relaciones efectuadas durante el trayecto. Una parte del mérito es nuestro, la otra de las diversas contribuciones recibidas. Y la satisfacción aumentará cuando la habilidad para equilibrar la balanza sea la tónica imperante.

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