Acostumbrados a vivir en el exterior, la mayoria asocia la palabra " alimentarse " a nutrir el cuerpo físico. Y a parte de este tenemos otros cuerpos que precisan una alimentación específica de acuerdo a su función.
La naturaleza inferior tiene sus equivalentes en la naturaleza superior, donde la evolución individual nos acerca o distancia según el nivel.
Todos saben como alimentar el cuerpo físico, lo que tal vez algunos no sepan es que está protegido por el cuerpo etérico, invisible a nuestros ojos, pero que se encarga de velar por la vitalidad. Conforme a la calidad y cantidad de lo ingerido dispondremos de unas determinadas condiciones.
La equivalencia en la naturaleza superior del cuerpo físico es el cuerpo átmico. De la máxima densidad a la máxima sutileza, la voluntad suprema de donde emergen las otras expresiones. Conectar lo más alto con lo más bajo descifrando la función a realizar.
Los cuerpos superiores con las aportaciones recibidas, permitirán dinamizar el vigor interno sintonizando con dimensiones más elevadas, a fin de desarrollar facultades en forma de percepciones, inspiraciones y intuiciones, abriéndonos al infinito.
El cuerpo emocional corresponde al cuerpo búdico en la esfera superior. Aqui se trata de trascender los deseos centrados en lo personal por lo impersonal en forma de amor universal.
El cuerpo mental tiene su equivalente en el cuerpo causal. En el plano inferior accedemos a un aprendizaje limitado, pero el cuerpo causal destapa los misterios e interrogantes si somos capaces de penetrar a base de instrucción y entrenamiento que despierten gradualmente la conciencia.
La alimentación va de dentro a fuera y de fuera a dentro. Atraemos las condiciones de la misma vibración donde nos ubicamos por los esfuerzos y deseos. Si introducimos elementos positivos es lo que nos alimentará, y al revés exactamente lo mismo.
Los elementos de calidad se extraen de la claridad de ideas, de la ecuanimidad, sentimientos nobles, de todo lo que genera bienestar empujados por el afán de corrección.
Los déficits, el malestar, son consecuencia de no haber ingerido los alimentos apropiados, ya sea en lo mental, emocional o físico. Se empieza por una idea errónea que impregna la emoción, traduciéndose en una acción disonante que repercute en problemas de relación, dinero o enfermedades.
Si deseamos vivir disponiendo de condiciones favorables en todos los sentidos, la clave es alimentarse correctamente en los diferentes cuerpos con lo que precisan, y poder acceder así a lo que queremos.
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