Nuestras expresiones tienen dos vias : a través de palabras y acciones, lo que decimos y lo que hacemos.
La palabra vendria a exponer la teoria, y la acción la práctica. El significado de las palabras ejerce una influencia a todos los niveles, en el pensamiento, en el sentimiento y en la ejecución. Contienen el poder de llevar buenas o malas vibraciones, levantar o bajar el ánimo, construir o destruir, acercar o distanciar. Sin realizar ningún movimiento el impacto que puede causar puede dejar fuertes sensaciones que perduren durante mucho tiempo.
Hemos de ser vigilantes, precabidos, antes de efectuar según que exposiciones, medir el impacto, pues una vez hemos pronunciado o escrito unas palabras, queda una huella en el ambiente. Y al contrario de lo que dicen los irresponsables, las palabras no se las lleva el viento porque todo queda registrado; y quedaran registradas en el lugar correspondiente con la respuesta específica del contenido.
Nuestra inconciencia, la necesidad de gratificación inmediata, querer satisfacer los deseos rápidamente, generan expresiones lamentables que solo se podran enmendar si nos percatamos del impacto y estamos dispuestos a corregir el planteamiento y el tono.
En cuanto a las acciones es lo mismo que con las palabras. Antes de decir o de hacer hemos de asumir las consecuencias de lo que se desencadene, por eso es fundamental la claridad del propósito y la prudencia para que el resultado lleve a la armonía y no a la devastación.
Las palabras pueden sanar o pueden matar, las acciones tambien según los hábitos o vicios.. El gran peligro con la banalidad imperante, es el tratamiento a la ligera de lo que se dice o se hace, pero todo cuenta y queda grabado, y aquello que parece inofensivo o sin importancia, cuando llegue el momento oportuno se lo llevará por delante sin contemplaciones, exactamente las mismas de los autores inconscientes.
Palabras y acciones son nuestros activos dirigidos a construir, que expresadas de forma negativa forjaran destrucción. Todo lo que nos rodea, individualmente y colectivamente, es la manifestación de lo que se ha dicho y se ha hecho, de lo que decimos y hacemos. Si queremos cambiarlo, que sea mejor, lo primero es incidir en las palabras para que reporten acciones benéficas de lo derivado en ambos sentidos.
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