sábado, 13 de junio de 2015

MEDIDAS Y VALORES ( I )

Las medidas y valores nos acompañan contínuamente, ya sea para incrementar o reducir, dar o recibir, ganar o perder. Los números, a parte de indicar una posición , se encargan de medir, donde según el contexto y un múltiple de variantes nos pueden acercar o distanciar de objetivos.
Lo que es tangible se puede medir, como los aspectos externos físicos. Lo intangible en forma de ideales, de símbolos, a pesar de que puedan tener una visibilidad o aplicación, entraria en el apartado de valores, y a diferencia de las medidas que son objetivas, los valores son subjetivos.
Podemos calibrar la riqueza o pobreza de acuerdo a lo que se tiene, el ámbito de acción y posibilidades, la cobertura de necesidades. Perfilar el peso adecuado por altura y complexión con mucha proximidad. La cantidad óptima de comida en consonancia a las caracteristicas personales y el tipo de actividad a realizar.
Los esfuerzos o rendimiento a través del estado de forma, edad y entrenamiento. Todo esto son directrices generales demostrables y evidentes constatado en resultados.
¿ Cómo se han de observar los valores ? No es lo mismo oriente que occidente, el norte o el sur, un clima frio o tropical. Cada uno cree estar en lo cierto, pero si los conflictos persisten y no hay unanimidad, señala unas bases débiles fundadas en dogmas interesados.
¿ Qué tiene valor ? ¿ Por qué ? ¿ Qué ha de ser sagrado y qué profano ? ¿ Quien lo determina ? Hay demasiada veneración por unos símbolos que representan paises según unos colores puestos en una bandera. Solo son una combinación de colores que se asocian a unos o a otros y ya está, de aquí a otorgarle valor de sagrado, a parte de desmesurado es demencial; y el resto de símbolos exactamente igual, tienen el valor que se les quiera dar, mucho o ninguno. Lo único a hacer es respetar las diferentes posturas en señal de consideración recíproca.
Nadie ha de imponer símbolos a la fuerza, ni ideologias, ni querer someter a quien es diferente obligandole a ser como el. Aquellos que se creen mejores, superiores, como por gracia divina, a parte de perturbar la armonía, lo que manifiestan es una locura irracional primitiva producto de un delirio de grandeza que indica justamente lo contrario.

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